En Nueva York, Estados Unidos recibe en su capital internacional —que también es la del imperio Trump— a sus secuaces. Para repartir puntos buenos y malos.
Pero, ¿es realmente tan poderoso?
El estancamiento en Medio Oriente y Ucrania, el rechazo a la transformación ecológica de la economía y la incapacidad de comprender la demanda de los pueblos de que se respete su autonomía han dejado helada a una sala que esperaba escuchar grandilocuencias.
Hemos seleccionado los momentos más impactantes de esta intervención.