Política

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Periférica pero parte del Espacio Económico Europeo; escasamente poblada pero rica en recursos; sin ejército pero miembro de la OTAN —después de Groenlandia, Islandia es uno de los países en primera línea de las amenazas de Trump—.

En un momento en que el Ártico ha vuelto al centro de la escena por la codicia imperial de Washington por Groenlandia, nos reunimos con la primera ministra islandesa, Kristrún Frostadóttir.

Producción industrial, pacto presupuestario, simplificación: amenazada por la nueva alineación de los imperios entre Washington y Moscú, Europa debe preparar rápidamente los instrumentos para su supervivencia.

En el centro del dispositivo de la Comisión para reestructurar el arsenal de la Unión, el letón Valdis Dombrovskis hace un llamado: «No debemos menospreciarnos a nosotros mismos, ni permitir que otros lo hagan».

Al frente del país más sancionado del mundo y mientras la nueva administración estadounidense parece plegarse a todas sus exigencias, el amo del Kremlin pone en escena su regreso a la escena internacional.

En su última gran entrevista, Vladimir Putin anuncia una nueva realidad: el reparto de Ucrania marcará el regreso de la época de los imperios —la «normalización» con Washington marcará la definitiva vasallización del continente—.

Para negociar sobre el futuro de Ucrania, Putin envió a uno de sus antiguos colegas del KGB: Serguéi Narishkin.

Hombre clave del primer círculo del Kremlin, preside la Sociedad Histórica Rusa.

Su obsesión recurrente: la desmembración total de Ucrania. Y un método: recurrir a las fuentes que le proporcionan las extremas derechas europeas.

Lo traducimos.

En poco menos de un mes, la administración Trump ha destruido una de las herramientas más poderosas de Estados Unidos: la ayuda al desarrollo.

Este choque mundial debe ser una oportunidad.

Para la Unión y sus Estados miembros, ha llegado el momento de pensar en el giro geopolítico del desarrollo para establecer una política de asociaciones al servicio del poder.

Putin y Trump quisieran avasallar a Ucrania sin los europeos.

Pero la Unión todavía tiene una de las cartas más fuertes en la mesa de negociaciones.

Si tarda demasiado en jugarla, podría perder la partida.

Lee Buchheit, una de las autoridades mundiales en materia de deuda soberana, formula una propuesta simple y clara para evitar que los imperios se repartan la apuesta.

En una campaña electoral relámpago, a una semana de unas elecciones que podrían trastornar Alemania, un indicador clave ha recibido poco análisis, a pesar de que se encuentra en el corazón de profundas transformaciones: la financiación privada de los partidos políticos.

Papel de Austria; prosopografía de los donantes de la AfD; perfiles de empresas clave: ¿de dónde proceden y a dónde han ido a parar los 23 millones de euros de las elecciones alemanas?

En 10 puntos clave y 8 gráficos, proponemos una cartografía de las principales tendencias antes de los comicios.

«El momento actual recuerda a la Unión Soviética bajo Brezhnev. Nos prometían una gran revolución tecnológica y, al final, la gente se quedaba aislada, viviendo en pequeños y tristes departamentos.»

De paso por París con motivo de la publicación en francés de su nuevo libro De la liberté, Timothy Snyder nos habla de la nueva era que se abre en Estados Unidos y ofrece claves para resistir a la distopía que Trump y Musk quisieran imponernos.

En Múnich, esta tarde, el vicepresidente de los Estados Unidos no habló realmente de seguridad —y sólo mencionó de pasada a Ucrania, Putin o Rusia—. 

Convencido de que «la principal amenaza [para Europa proviene] de dentro», apuntando a las élites políticas y deseando hacer saltar los cordones sanitarios erigidos contra la extrema derecha en Alemania, J. D. Vance articuló por primera vez la visión maximalista de la Casa Blanca de Donald Trump para el continente: un cambio de régimen.

Traducimos y comentamos este discurso que todos los europeos deberían leer.