Las nuevas guerras del opio digital
Un sedante algorítmico, producido en imperios posnacionales y distribuido por todo el mundo, está adormeciendo a Europa.
Es una pesadilla —pero aún no es demasiado tarde para despertar—.
Un sedante algorítmico, producido en imperios posnacionales y distribuido por todo el mundo, está adormeciendo a Europa.
Es una pesadilla —pero aún no es demasiado tarde para despertar—.
En la Unión Europea, el Reino Unido, Estados Unidos o Japón, la soberanía tecnológica se ha convertido en una prioridad política ineludible.
Pero, ¿qué piensa realmente la opinión pública al respecto?
Una amplia encuesta realizada en seis países muestra una profunda sensibilidad hacia el tema, pero también pone de manifiesto divergencias que podrían suponer un obstáculo.
10 puntos para abrir una tarea política.
Ante la agresión tarifaria de los Estados Unidos de Donald Trump, la Unión Europea dispone de una solución elegante y tremendamente eficaz —aplicar el IVA a los servicios digitales de las GAFAM—.
Según Godefroy Beauvallet, director general de Mines Paris PSL, y Benoît Thieulin, director general de La WarRoom, este impuesto podría ascender a cerca de 20.000 millones de euros al año.
Europa ha interiorizado un bloqueo: hoy es el único lugar del mundo, aparte de Estados Unidos, donde el poder omnipotente de las GAFAM parece inevitable.
Para Luca de Biase, es necesario cambiar de estrategia y volver a lo fundamental: una ley de competencia bien aplicada y unas infraestructuras esenciales.
Afirmar la independencia digital europea no pasará por la creación de una nueva plataforma gigantesca frente a las Big Tech, sino por un número gigantesco de nuevas plataformas europeas.
A principios de la década de 2000, se daban las condiciones para convertir a la Unión en un polo de innovación.
Sin embargo, fue en Estados Unidos y Asia donde se materializaron las visiones europeas del futuro.
¿Cómo repensar un proyecto constructivo?
En el mundo de Trump, todavía podemos elegir la Europa de Mario Draghi.
La stablecoin ya no es un activo de inversión, es un medio de pago y liquidación cuyo volumen de transacciones supera con creces al de Visa y Mastercard.
Pero al realizar transferencias de dinero, al comprar un tubo de pasta de dientes en stablecoin, la diáspora argentina y el empleado vietnamita financian la deuda estadounidense.
En Europa, debemos anticiparnos: para proteger nuestra soberanía y competitividad, sería estratégico pensar en la creación de un mercado de stablecoins en euros.
«La hipnocacia no es solo un concepto teórico o un fenómeno observable desde fuera: es la condición fundamental de nuestra época. Nunca podemos estar seguros de haber alcanzado un terreno sólido de verdad, porque cada revelación podría ser solo otra capa de la simulación, cada desenmascaramiento una actuación adicional.
Pero, al contrario de lo que los señores de la tecnología quieren hacernos creer, es precisamente en este vértigo donde podría residir nuestra libertad».
Un método de codificación que busca hackear el corazón de Estados Unidos podría destruir el dúo Trump-Musk —y explicar el acercamiento entre Washington y Moscú—.
En el centro de la aceleración reaccionaria, el D.O.G.E. se basa en una contradicción interna que podría debilitar la ambición imperial de Trump.
Andrea Venanzoni introduce un concepto clave.
Musk, «Big Balls» y los hombres del D.O.G.E están tomando el control del Estado federal estadounidense.
Detrás de esta blitzkrieg administrativa, la brutalidad aplastante de los algoritmos subvierte el poder infraestructural en todos los niveles de la administración —con un método: liberarse de toda regla; y un objetivo: hackear la democracia estadounidense—.
La agenda imperialista de Elon Musk y Donald Trump se despliega ante nuestros ojos, tiene lugar en y gracias a plataformas que utilizamos a diario: en Europa, hemos asistido pasivamente a nuestra vasallaje digital.
Para André Wilkens, no es demasiado tarde para recuperar nuestra soberanía. Esto implica declarar y defender la independencia del espacio digital europeo.