Desde principios de año, el rublo se ha apreciado casi un 30 % frente al dólar estadounidense. Impulsada a finales de enero por la investidura de Trump, considerada por los mercados como favorable al presidente ruso y a una posible apertura hacia Rusia, la moneda siguió apreciándose en un contexto marcado por la caída de los precios del petróleo y del dólar estadounidense. 1

  • El objetivo declarado por Trump de lograr una solución a la guerra en Ucrania también ha despertado el interés de los inversores estadounidenses y de Medio Oriente, principalmente, que esperan el levantamiento de las sanciones para poder volver al país.
  • En las últimas semanas, numerosos actores del mercado han mostrado un marcado interés por determinados productos derivados que permiten cambiar el rublo mediante contratos a plazo no entregables (o NDF), que no implican la compra directa de activos.
  • Sin embargo, la inversión en los mercados financieros rusos sigue siendo en gran medida un tema tabú, y la mayoría de los banqueros y gestores de fondos desaconsejan a sus clientes que se arriesguen si quieren ser de los primeros en beneficiarse de la reapertura de los mercados rusos.

Para Moscú, un rublo demasiado fuerte frente al dólar estadounidense presenta numerosos riesgos. Según un alto funcionario que habló con la agencia Reuters, existe un «gran interés» por un tipo de cambio de alrededor de 100 rublos por dólar, frente a los aproximadamente 80 actuales. 2 Si bien la sobrevaloración de la moneda rusa permite a los turistas rusos disfrutar de vacaciones a precios más asequibles, también hace que las exportaciones sean menos competitivas.

Sin embargo, el gobierno ruso podría utilizar los ingresos adicionales generados por un rublo más débil para reflotar sus arcas.

Un rublo situado entre 110 y 120 por dólar sería «beneficioso para el presupuesto» y aumentaría los ingresos procedentes de las exportaciones de hidrocarburos. Sin embargo, contribuiría a un aumento de la inflación, que ya se situaba en el 10,2 % en abril.