Hoy, miércoles 7 de mayo, 133 cardenales electores se reunirán en la Capilla Sixtina para elegir al próximo papa que sucederá a Francisco, fallecido el 21 de abril. Estarán sometidos a silencio absoluto hasta que salga humo blanco de la chimenea de la capilla.

La elección de un papa se lleva a cabo mediante una serie de pasos clave codificados a lo largo de los siglos.

  • Cada cardenal debe jurar sobre los Evangelios que lo respetará absolutamente durante la votación y las deliberaciones, bajo pena de excomunión automática (latae sententiae), la pena canónica más grave posible.
  • La propia etimología de la palabra cónclave, cum clavis (cerrado con llave), remite al aislamiento total al que se someten los cardenales electores durante la votación: en el momento en que el prelado maestro de ceremonias cierra con llave las puertas de la capilla Sixtina, una vez que los cardenales han entrado, pronuncia las palabras «Extra omnes!» («¡Todos fuera!»).
  • Algunos asistentes de los cardenales durante el cónclave (los hoteleros de la Casa Santa Marta, el secretario del Colegio Cardenalicio, el propio maestro de ceremonias, etc.) también están obligados al secreto, aunque no sean cardenales electores.

Si se confirman las tendencias de los últimos cónclaves, la elección debería durar solo unos días, lo que llevaría al anuncio del nuevo papa potencialmente el jueves por la noche o el viernes.

  • Desde la elección de 1268, que duró hasta 1271 (la más larga de la historia de la Iglesia), el sucesor de Clemente IV, Gregorio X, promulgó la bula Ubi periculum, que establecía formalmente el cónclave como método de elección de los papas, en un esfuerzo por acortar la duración de estas votaciones. De una media de 166 días en el siglo XIII, la duración de los cónclaves se redujo progresivamente antes de volver a aumentar a partir del siglo XVI.

La elección comprende varias rondas de votación, cuya frecuencia está fijada con precisión: dos por media jornada, es decir, cuatro rondas al día, hasta que un candidato alcance los dos tercios de los votos.

  • Cada siete votaciones, los cardenales deben hacer una pausa para rezar, escuchar una breve exhortación del cardenal más antiguo de cada uno de los tres órdenes y mantener un momento de intercambio y debate.
  • Si al cabo de 30 rondas sigue sin alcanzarse la mayoría canónica, la elección de los cardenales se reduce a los dos nombres que hayan obtenido más votos en la ronda anterior, que quedan como únicos candidatos.

Para preparar el cónclave, hemos elaborado un retrato de los 19 cardenales con más posibilidades de acceder al trono de Pedro: los papabiles. Para acceder a la mayor colección de datos abiertos sobre los cardenales electores, la historia, la geografía y la geopolítica de esta singular institución, descubre nuestro Observatorio del cónclave haciendo clic aquí.