El misil «Oreshnik» (avellano) lanzado en la mañana del jueves 21 de noviembre en la fábrica Piv Demnach de la ciudad ucraniana de Dnipro, capaz de transportar una cabeza nuclear, fue la respuesta de Vladimir Putin al uso por parte de Kiev de misiles estadounidenses ATACMS y cohetes británicos Storm Shadow en suelo ruso unos días antes.
- Con el uso de este misil, Putin introdujo de lleno la retórica nuclear en su guerra contra Ucrania y Europa.
- Pocos días antes, el presidente ruso había cambiado la doctrina de Rusia sobre el uso de su arsenal atómico, en un esfuerzo por disuadir a los partidarios occidentales de Ucrania.
- Tras el lanzamiento del misil Oreshnik, los medios estatales rusos difundieron por televisión estimaciones del tiempo de viaje necesario para que un misil Oreshnik alcanzara las capitales europeas: 12 minutos para Varsovia, 15 para Berlín, 20 para Londres y París.
Esta retórica no es nueva, pero ha alcanzado un nuevo nivel. Los partidarios europeos de Ucrania pondrán a prueba en los próximos meses su credibilidad a la hora de seguir prestando ayuda militar a Kiev en caso de que se detengan las entregas estadounidenses tras la toma de posesión de Trump el 20 de enero.
El Kremlin y los arquitectos de la política exterior rusa han sido cada vez más abiertos sobre la amenaza de ataques nucleares «limitados» contra Ucrania y Europa desde 2022. La nuclearización de la seguridad mundial va más allá del marco ruso-estadounidense.
- Sergei Karaganov, director del influyente Consejo de Política Exterior y de Defensa, considera que la expansión del club de potencias con armamento nuclear (que él denomina «multilateralismo nuclear») es una forma eficaz de contribuir a degradar a Estados Unidos «de su papel accidental de hegemón mundial al de gran potencia normal».
- Karaganov no es el único que imagina el escenario de la proliferación de armas nucleares. Según el analista alemán Ulrich Speck, la reelección de Donald Trump podría llevar a ciertos países a tratar de desarrollar un programa nuclear militar para compensar la retirada de la protección nuclear estadounidense.
- A principios de año, Speck dibujó un mundo en el que el número de potencias nucleares podría casi duplicarse, pasando de 9 a 17: es probable que Japón, Corea del Sur, Arabia Saudí, Turquía e incluso Alemania intenten unirse al club nuclear.
Nadie sabe realmente cómo sería una confrontación nuclear resultante de una escalada entre Rusia y Occidente. En 1983, el Pentágono simuló un conflicto iniciado por un ataque biológico soviético contra Bonn, la capital de la República Federal de Alemania, en un wargame llamado «Proud Prophet». Al final del séptimo día, casi todos los centros urbanos de Europa, desde el Canal de la Mancha hasta el Báltico, habían sido destruidos: «Proud Prophet terminó cuando ya nadie tenía motivos para seguir luchando. La comunicación había fracasado totalmente» 1.
Notas al pie
- William Langewiesche, « The Secret Pentagon War Game That Offers a Stark Warning for Our Times », The New York Times Magazine, 2 de diciembre de 2024.