El domingo, el ministro israelí Benny Gantz estableció los términos de un ultimátum lanzado a Hamás sobre Gaza: los rehenes israelíes deben ser liberados antes del comienzo del Ramadán, el 10 de marzo, de lo contrario el ejército israelí lanzará una ofensiva terrestre sobre la ciudad de Rafah1.

La mayoría de las reacciones internacionales a una intervención israelí en Rafah han sido hostiles o reservadas.

  • Naciones Unidas ha advertido de que una ofensiva sobre Rafah podría provocar «una masacre» y dañar permanentemente «una operación humanitaria ya de por sí frágil»2.
  • Al tiempo que recordaba la posición europea de reconocer «el derecho de Israel a defenderse respetando el derecho internacional y el derecho internacional humanitario», el Alto Representante Borrell pidió a Israel que no emprendiera acciones militares en Rafah3.
  • En cuanto a Estados Unidos, Biden pidió a Israel que no entrara en Rafah sin un plan «creíble y viable» para garantizar la seguridad de los civiles.
  • El lunes 19 de febrero, Estados Unidos propuso un proyecto de resolución a las Naciones Unidas en el que pedía un alto el fuego temporal en Gaza y se oponía explícitamente a «una ofensiva terrestre de gran envergadura» en Rafah4.

El ultimátum de Rafah podría suponer un importante punto de inflexión en la relación entre Israel y su aliado estadounidense, tensa desde hace varios días.

  • Mientras el Washington Post revelaba el jueves 14 de febrero que Estados Unidos y varios Estados árabes estaban discutiendo un plan post-conflicto que preveía la futura creación de un Estado palestino5, el gobierno israelí declaraba su rechazo a lo que calificaba de «diktats internacionales» relativos a la solución de los dos Estados.
  • Para el gobierno de Netanyahu, el reconocimiento de un Estado palestino tras la guerra de Sucot equivaldría a «recompensar» el terrorismo6.
  • Sin embargo, estas recientes disensiones deben relativizarse, ya que la administración estadounidense se dispone a entregar «decenas de millones de armas» a Israel, según el Wall Street Journal7.

Por último, la posibilidad de una ofensiva israelí en Rafah pone a Egipto en una situación difícil.

  • El 12 de febrero, la ONG Sinai for Human Rights reveló la existencia de una obra en Egipto cerca de la frontera con la Franja de Gaza y la construcción en curso de una «zona de seguridad» rodeada de muros de 7 metros, destinada a acoger a refugiados palestinos.
  • La línea oficial del gobierno egipcio desde octubre ha sido mantener una postura firme de rechazo a aceptar refugiados palestinos y de oposición al desplazamiento de la población de la Franja de Gaza.
  • Sin embargo, la construcción de este campamento sugiere que Egipto se está preparando para esta eventualidad, en caso de una invasión terrestre del ejército israelí en Rafah, que podría provocar un éxodo de la población palestina.

Rafah concentra actualmente 1,4 millones de personas, tras las órdenes de evacuación hacia el sur emitidas por el ejército israelí el 13 de octubre.