La cumbre, que se inaugura el viernes 20 de octubre, es la segunda de este tipo, ya que la primera tuvo lugar en 2021. Las cuestiones comerciales estarán en el centro de los debates.

  • La Unión y Estados Unidos tienen hasta el 31 de octubre para alcanzar un acuerdo sobre medidas comerciales relativas al acero y el aluminio. Si no lo logran, los aranceles impuestos por la administración Trump en 2018 y las medidas de reequilibrio introducidas posteriormente por la Unión deberían, en teoría, restablecerse automáticamente.
  • Según el Financial Times, las dos partes han llegado a un acuerdo temporal en los siguientes términos: la Unión Europea debería anunciar en la cumbre una investigación antisubvenciones sobre el acero chino, mientras que Washington debería aceptar (en parte) el impuesto sobre el carbono en las fronteras europeas. Cabe señalar que la publicación de la lista de tecnologías críticas por la Comisión Europea el 3 de octubre allana el camino para la adopción de controles a la exportación, en particular sobre las tecnologías consideradas especialmente sensibles: semiconductores, tecnologías cuánticas, biotecnologías e inteligencia artificial.
  • La delicada cuestión del acceso de las empresas de la Unión a las subvenciones para las industrias ecológicas en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) también estará en el orden del día. Estados Unidos podría hacer concesiones -sobre todo en materia de vehículos eléctricos- para permitir el acceso de las empresas europeas a determinadas subvenciones.
  • El acceso a las materias primas críticas necesarias para la transición energética es otra área de preocupación compartida por Estados Unidos y la Unión Europea, que siguen dependiendo en gran medida de China.

El comunicado conjunto, fechado el 28 de septiembre, hace referencia a un «compromiso compartido para apoyar a Ucrania en la defensa de su soberanía e imponer costes a Rusia por su agresión», en un momento en el que el apoyo financiero y militar a Ucrania está siendo cada vez más debatido en Washington.

  • También se espera que Europa y Estados Unidos exploren la posibilidad y los medios de utilizar los activos rusos congelados para financiar la reconstrucción de Ucrania, aunque un acuerdo definitivo sobre este punto sigue siendo poco probable en este momento.
  • No obstante, el contexto actual debería situar a Israel al menos al mismo nivel que a Ucrania en las conversaciones entre los líderes de la Unión y Joe Biden, y podría desembocar en la publicación de un llamamiento conjunto para la protección de los civiles.

La cumbre que se inaugura este viernes representa una etapa importante en la construcción y el mantenimiento de la relación transatlántica de cara a las elecciones estadounidenses de 2024. «La mentalidad ha cambiado claramente bajo la administración del Presidente estadounidense Joe Biden: Estados Unidos cree ahora que Europa debe estar a bordo para que los planes occidentales de reducción de riesgos tengan éxito», señala la economista Agathe Desmarais. Habida cuenta del número y la diversidad de los temas de debate, a los que se añadirá el conflicto israelo-palestino, «la próxima cumbre presenta una característica poco frecuente: tiene mucha sustancia».