Las emisiones de carbono del sector energético no están disminuyendo y, por el contrario, han alcanzado un nuevo récord de 36,8 Gt en 2022. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), que forma parte de la OCDE, ha presentado hoy1 una actualización de su primer informe estratégico de referencia en 2021 sobre la transición del sector energético mundial hacia la neutralidad en carbono para 2050.

  • El informe, concebido para la acción y la aplicación de políticas públicas operativas, insiste en primer lugar en la necesidad de un despliegue rápido y masivo de las tecnologías de energías renovables -«Ya existen todas las tecnologías necesarias para reducir significativamente las emisiones mundiales de aquí a 2030»2– y de la innovación en este ámbito.
  • La dinámica de innovación y progreso tecnológico entre 2021 y 2023 se presenta como optimista. Las tecnologías que aún estaban en fase de desarrollo en el momento del primer informe representaban el 50% de las reducciones de emisiones necesarias para alcanzar el objetivo de neutralidad en carbono; hoy sólo representan el 35%.
  • Sin embargo, la agencia subraya que uno de los principales riesgos que hay que afrontar para el desarrollo de las energías verdes es la seguridad energética y las cadenas de suministro de materias primas críticas.

Para la AIE, la clave del éxito de la transición reside en la inversión y su correcta distribución entre los países.

  • El principal punto de avance destacado por el Director de la Agencia es «la espectacular aparición de tecnologías de energía verde». A pesar del crecimiento de las inversiones en el sector -que alcanzaron los 1,8 billones de dólares en 2023-, este aumento aún deberá acelerarse para alcanzar el objetivo de 4,5 billones de dólares en 2030.
  • Al mismo tiempo, la Agencia afirma claramente la necesidad de reducir el uso de combustibles fósiles, algo esencial si queremos alcanzar el objetivo de calentamiento global de 1,5 °C en comparación con el periodo preindustrial, en línea con el Acuerdo de París: la demanda de combustibles fósiles debe disminuir un 25% de aquí a 2030, y un 80% de aquí a 2050.
  • La trayectoria recomendada no implica ninguna nueva inversión en combustibles fósiles. Sin embargo, dicha inversión ascendió a 1.050 billones de dólares en 2023, por encima del año anterior.

A pesar del carácter predominantemente tecnológico y cuantitativo de este informe, el Director Ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, hace de la coordinación entre Estados una prioridad absoluta y, por implicación, de la cuestión de la justicia climática: «No hay camino hacia la neutralidad del carbono sin una colaboración internacional justa y equitativa». La cuestión de la financiación de las inversiones necesarias ocupará un lugar central en los debates de la COP 28, que se inaugura el 30 de noviembre.