• La emisión televisada de la declaración de los militares -a juzgar por sus boinas verdes, podría tratarse de miembros de la Guardia Republicana gabonesa- se produjo pocos minutos después del anuncio de los resultados de las elecciones presidenciales, en las que Ali Bongo Ondimba obtuvo un tercer mandato (con el 64,27% de los votos emitidos) tras el escrutinio del pasado sábado.
  • Afirmando hablar en nombre de un «Comité de Transición y Restauración Institucional», los golpistas anunciaron que habían decidido «poner fin al régimen actual» tras unas «elecciones truncadas» y disolver las principales instituciones del país: gobierno, senado y asamblea nacional. Los militares también anunciaron el cierre de las fronteras del país hasta nuevo aviso.
  • El Presidente reelegido, Ali Bongo Ondimba, fue «puesto bajo arresto domiciliario», según los golpistas, que tomaron el control de la televisión pública gabonesa. Varios vídeos colgados en las redes sociales parecen mostrar manifestaciones espontáneas en todo el país, especialmente en las calles de Libreville.

Aunque este golpe de Estado no puede relacionarse directamente, ni compararse en cuanto a reivindicaciones, con la secuencia de derrocamientos sahelianos que culminó con el secuestro del presidente de Níger, Mohamed Bazoum, el 26 de julio, el modus operandi es el mismo: soldados armados derrocan a un poder político.