Hacia las 7 de la mañana del martes, varios informes indicaban que la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en la provincia de Jersón, había sido «gravemente dañada». Aunque es probable que el ejército ruso fuera el responsable, no se puede descartar por completo la hipótesis de que la infraestructura de la presa se estuviera deteriorando gradualmente tras más de un año de guerra.

  • Como señala Geoff Brumfiel, la presa sufrió daños tras dos incidentes en noviembre de 2022. Tras sufrir bombardeos, la carretera que pasa por encima de la presa quedó parcialmente destruida por cargas explosivas1.
  • El 2 de junio, las imágenes por satélite revelaron que parte de la carretera en medio de la presa había sido arrastrada por las aguas, lo que atestigua los problemas estructurales que existían antes del 6 de junio.
  • Por último, la aparente mala gestión de los niveles de agua del embalse por parte de las autoridades rusas que controlan la zona provocó desbordamientos a principios de mayo. Como muestran los datos del servicio Theia, el nivel del agua alcanzó un máximo histórico de más de 17,5 metros el 21 de mayo.

Se estima que unos 16.000 civiles de 80 localidades residen en una «zona crítica» y deben ser evacuados, según las autoridades ucranianas2. En unos diez pueblos y algunos distritos de Jersón, más abajo, ya han comenzado las operaciones de evacuación, algunas de las cuales han sido interrumpidas por el fuego de la artillería rusa, como en Antonivka, al este de Jersón3. En la zona del óblast de Jersón al sur del Dniéper ocupada por el ejército ruso, el gobernador en funciones Vladímir Saldo declaró que «no será necesaria una evacuación masiva de la población»4.

Aún se desconocen las causas y los autores, mientras que Kiev acusa a Moscú de haber «volado» las estructuras de la presa hacia las 2.50 de la madrugada, «causando probablemente el mayor desastre tecnológico de Europa en décadas»5, mientras que el Kremlin condena lo que califica de «acto de sabotaje» ucraniano6. Aunque algunos informes mencionan «explosiones» escuchadas durante la noche, por el momento no hay confirmación.

Las consecuencias a corto y largo plazo de la destrucción de la presa de Kajovka son múltiples.

  • En primer lugar, provocará la inundación -en una medida aún desconocida- de zonas habitadas aguas abajo del Dniéper, destruyendo viviendas y obligando a huir a personas ya muy afectadas por la guerra en la región.
  • Aunque el OIEA considera que «no hay riesgo inmediato» para la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia, la empresa estatal que explota las centrales ucranianas, Energoatom, alude a «consecuencias negativas» provocadas por el descenso del nivel de agua en el embalse de Kajovka, utilizado para refrigerar los reactores7.
  • Las autoridades rusas, por su parte, están preocupadas por las consecuencias de la destrucción de la presa en el suministro de agua a la península de Crimea, que se canaliza a través del Canal de Crimea Septentrional. En general, el embalse de Kajovka suministra agua utilizada para la agricultura en las regiones de Jersón y Zaporiyia.

Por último, la destrucción de la presa tendrá un impacto directo en las operaciones militares posteriores en Ucrania. El desplazamiento de miles de civiles de las zonas inundadas o en riesgo movilizará recursos y atascará las carreteras8. Dado que el Dniéper forma una línea de frente natural entre las fuerzas rusas y ucranianas en la provincia de Kherson -desde donde es probable que parta, al menos en parte, la contraofensiva ucraniana-, el cambio en la topografía de la zona provocado por la subida de las aguas y la destrucción provocará un cambio en los planes establecidos.