El crecimiento estadounidense, especialmente elevado, se vio impulsado por el consumo de los hogares y el comercio exterior (aumento de las exportaciones y descenso de las importaciones), a pesar de un ligero retroceso de la inversión 1.

  • Donald Trump se apresuró a aprovechar estos resultados para alabar los efectos positivos de la política económica llevada a cabo por su administración.
  • Pero la BEA también publica cada trimestre otra estadística: la del ingreso interior bruto.
  • Esta estadística no se basa en la suma de los valores añadidos por las empresas estadounidenses, como el PIB, sino en la suma de los ingresos efectivamente percibidos por los agentes de la economía estadounidense durante el mismo período. 
  • En el tercer trimestre de 2025, este indicador se sitúa en más del 2,4% en tasa anual, una cifra impresionante, pero inferior al 2,6% del trimestre anterior.
  • Se trata, por tanto, de un aumento casi dos veces inferior al crecimiento del PIB. 
  • No es inusual que la evolución del producto interior bruto y de la renta interior bruta difieran ligeramente en un sentido u otro, aunque, en teoría, deberían ser idénticas. 
  • Sin embargo, la diferencia del doble observada en el tercer trimestre de 2025 es de una magnitud excepcional.

La BEA también publica cada trimestre las cifras relativas a la renta disponible de los hogares estadounidenses, es decir, lo que les queda después de pagar sus impuestos.

  • En el tercer trimestre de 2025, esta renta se estancó por completo, lo que supone un claro retroceso con respecto a los trimestres anteriores.
  • En este contexto, resulta sorprendente que los hogares hayan podido impulsar el crecimiento.
  • Estas cifras también muestran otra realidad de la economía estadounidense, en la que el 10% de los estadounidenses más ricos representan ahora casi la mitad del gasto total en consumo 2.

Los datos sobre el crecimiento del PIB estadounidense suelen revisarse tras las primeras publicaciones.

  • A veces en proporciones importantes, que pueden llegar hasta 3 puntos porcentuales, como por ejemplo en el tercer trimestre de 2019.
  • Pero mientras Donald Trump, desde su regreso al poder, adopta una estrategia agresiva que afecta a la independencia de las agencias gubernamentales —en agosto despidió a la directora de la Oficina de Estadísticas Laborales por publicar datos sobre el empleo demasiado negativos para su gusto 3—, otra cuestión cobra importancia para el seguimiento del rendimiento de la economía estadounidense.
  • ¿Podría haber caído la BEA en la tentación de embellecer los primeros resultados publicados sobre el crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2025, aunque ello supusiera corregirlos posteriormente?