Según un estudio de AidData, un centro de investigación de la Universidad William & Mary de Estados Unidos, China ha reorientado radicalmente sus préstamos de los países de bajos ingresos hacia los países ricos y de ingresos medios-altos en las últimas dos décadas. 1

En 2023, estos últimos representaban más del 75,6 % del importe de los préstamos concedidos por Pekín, frente a solo el 11,1 % en 2000.

  • Estados Unidos es el principal destinatario de los préstamos chinos, con 202.000 millones de dólares en el periodo 2000-2023, lo que representa casi el 10 % del total (estimado en 2,2 billones por AidData).
  • Les siguen Rusia, Australia y Venezuela, los cuatro clasificados por el Banco Mundial como países de altos ingresos. 2
  • Por su parte, los 27 miembros de la Unión recibieron 161.000 millones para más de 1.800 proyectos, y el Reino Unido, 60.000 millones.

Desde 2023, China es el principal acreedor bilateral del mundo y presta más que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial juntos. Sin embargo, los préstamos destinados a infraestructuras en los países de las Nuevas Rutas de la Seda —un proyecto de inversiones masivas lanzado por Xi Jinping en 2013— solo representan el 20 % del total de los préstamos chinos concedidos en los últimos diez años.

Desde hace varios años, Estados Unidos acusa a China de llevar a cabo una «diplomacia de la trampa de la deuda», en particular mediante la redacción de contratos que permiten a Pekín embargar activos estratégicos en caso de insolvencia.

  • Sin embargo, como muestra este informe, Washington y otros países occidentales han autorizado masivamente a los acreedores públicos chinos a financiar la construcción de infraestructuras, en ocasiones críticas, en sus territorios.
  • Entre los proyectos financiados por Pekín se encuentran puertos en Grecia e Israel, terminales de petróleo y gas en Canadá, redes de fibra óptica en Portugal, ferrocarriles y autopistas en Hungría o centrales eléctricas en Estados Unidos.

El aumento del número de préstamos concedidos para proyectos en países ricos se debe, en particular, a un aumento considerable de la parte de la cartera de préstamos destinada a adquisiciones en sectores sensibles: microprocesadores, robótica, defensa, informática cuántica, biotecnología… Desde 2015 y la adopción del plan estratégico «Made in China 2025», esta proporción casi se ha duplicado, pasando del 46 % al 88 %.

Notas al pie
  1. Bradley C. Parks, Sheng Zhang, Brooke Escobar, et. al, Chasing China. Learning to Play by Beijing’s Global Lending Rules, AidData, 18 de noviembre de 2025.
  2. Venezuela, aunque «no clasificado» en 2024 por el Banco Mundial, era considerado un país de ingresos altos en 2018.