La Unión Europea y Estados Unidos han anunciado hoy, domingo 27 de julio, que han alcanzado un acuerdo comercial. A partir del 1 de agosto, Washington aplicará aranceles del 15% a todos los productos europeos, incluidos los automóviles.

Aunque por el momento aún quedan varios detalles por aclarar, el presidente estadounidense ha anunciado que, en el marco del acuerdo, Estados Unidos aplicará un tipo del 15% a los productos europeos.

Al aceptar la lógica perfectamente asimétrica de este acuerdo, la Unión habría aceptado reducir a cero sus aranceles.

  • El acuerdo también prevé nuevos tipos para los aranceles sectoriales: los automóviles exportados al mercado estadounidense, un tema especialmente sensible para Alemania, estarán sujetos a un tipo del 15%, frente al 25% que se aplica desde el 3 de abril. No se ha hecho ningún anuncio sobre el acero y el aluminio, actualmente sujetos a un tipo del 50%, ni sobre los productos farmacéuticos, que podrían ser objeto de futuros aranceles.
  • Según Donald Trump, la Unión habría aceptado comprar 750.000 millones de dólares en energía estadounidense, invertir 600.000 millones de dólares en Estados Unidos, además de las inversiones ya existentes, y adquirir importantes cantidades de equipamiento militar.
  • La compra de importantes cantidades de GNL estadounidense, que sustituiría a las importaciones rusas, implicaría una mayor dependencia del gas. Según la mayoría de los estudios, esto tendría un impacto directo en los objetivos climáticos de la Unión y supondría una desviación de la trayectoria prevista.
  • Este resultado es una victoria para los países favorables al acuerdo —en particular Alemania e Italia— dispuestos a aceptar aranceles elevados antes que entrar en una relación de fuerza. Francia es el único país que se ha pronunciado en varias ocasiones a favor de la aplicación de medidas de represalia para obligar a la Administración Trump a aceptar un acuerdo más equilibrado, pero varias personalidades destacadas, entre ellas Bernard Arnault, director general de LVMH, se habían posicionado recientemente a favor de concesiones.
  • Aunque este porcentaje es superior al acuerdo entre Estados Unidos y el Reino Unido (10%), fuentes cercanas al dossier han indicado al Grand Continent que la mayoría de los países de la Unión están dispuestos a aceptarlo.

En abril, Donald Trump anunció la imposición de aranceles «recíprocos» del 20% sobre los productos procedentes de la Unión Europea. Estos aranceles se redujeron al 10% el 9 de abril, y esta pausa debía terminar el 1 de agosto. También había amenazado con imponer aranceles del 50%, y luego del 30%, en el marco de una negociación errática.

  • Antes del regreso al poder de Donald Trump, el 20 de enero, la Unión y los Estados Unidos aplicaban aranceles relativamente similares: el tipo medio ponderado de los derechos de aduana NMF aplicado por Washington a las importaciones de productos agrícolas era del 2,5% y del 1,5% a las importaciones de productos no agrícolas, mientras que los tipos correspondientes eran del 4,2% y del 0,9% para Europa.
  • Donald Trump denuncia sobre todo el superávit comercial de 237.000 millones de dólares de la Unión con Estados Unidos en 2024 (estimado en 198.200 millones de euros por la Unión Europea), argumentando que esto demostraría que «se aprovecha de Estados Unidos».
  • Sin embargo, detrás de esta cifra aparentemente impresionante se esconde una realidad muy diferente: las prácticas de optimización fiscal de las multinacionales y los gigantes tecnológicos estadounidenses.
  • En sus comentarios previos al anuncio del acuerdo, Von der Leyen se sumó al discurso estadounidense sobre el desequilibrio comercial y declaró: «Europa tiene superávit, Estados Unidos tiene déficit, debemos reequilibrar», volviendo así sobre la posición europea, que siempre ha destacado que ambas economías son complementarias y que la relación sigue siendo equilibrada, teniendo en cuenta los servicios, donde la Unión registra un importante déficit con Estados Unidos.