Hoy, jueves 5 de junio, Friedrich Merz se encuentra en Washington para reunirse con Donald Trump. Previamente, el canciller alemán se reunió con varios jefes de Estado europeos, entre ellos Giorgia Meloni y el presidente finlandés Alexander Stubb, para recabar consejos sobre cómo abordar su encuentro con el presidente estadounidense, que ha convertido las reuniones bilaterales en el Despacho Oval en un paso arriesgado para los líderes extranjeros.

  • En primer lugar, están los encuentros que se convirtieron en sesiones de humillación: primero con Zelenski a finales de febrero, cuando Trump acusó al jefe de Estado ucraniano de «jugar con la Tercera Guerra Mundial», y más recientemente con el presidente sudafricano Ramaphosa, obligado a ver una recopilación de videos que pretendían demostrar la existencia de un «genocidio» contra los granjeros blancos.
  • Luego, hubo reuniones «tensas» en las que se abordaron temas delicados, como la guerra en Ucrania y la política comercial. Entre ellas, destacan las visitas de Macron en febrero y del primer ministro canadiense Mark Carney en mayo.
  • Por último, se produjeron las «cordiales» visitas de jefes de Estado y de gobierno ideológicamente alineados con el movimiento MAGA, en particular las de Meloni y Nayib Bukele en abril.

En las últimas semanas, el canciller habría desarrollado una «muy buena relación» con el presidente estadounidense, según fuentes oficiales alemanas, intercambiando mensajes con Trump y llamándole «Donald». 1

  • La administración republicana había apoyado abiertamente al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones federales de febrero.
  • En un artículo publicado la semana pasada, el Departamento de Estado denunciaba la calificación del partido como «organización extremista» por parte de los servicios de inteligencia alemanes como una «deriva preocupante», utilizando un lenguaje similar al empleado por J. D. Vance en su discurso de Múnich en febrero.

No obstante, Merz debería aprovechar esta reunión para debatir varios temas delicados, que van desde las relaciones comerciales hasta la posición de Washington con respecto a la guerra en Ucrania.

  • La reunión se produce solo un día después de que Trump duplicara los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, y en un momento en que la Casa Blanca parece descartar por el momento cualquier posibilidad de un acuerdo mutuamente beneficioso.
  • El canciller alemán también debería intentar convencer a Trump de la necesidad de aumentar la presión económica sobre Rusia para obligar a Putin a aceptar el establecimiento de un alto al fuego en Ucrania.
  • Merz podría, en particular, intentar convencer a Trump de que dé luz verde a una ley preparada en el Senado por un senador republicano cercano a la Casa Blanca, Lindsey Graham, sobre la adopción de sanciones secundarias contra Moscú, lo que llevaría a la imposición de aranceles del 500 % a los países que importan productos energéticos rusos.

Ambos también deberían discutir la próxima cumbre del G7, que se celebrará del 15 al 17 de junio en Canadá, así como la próxima cumbre de la OTAN, que tendrá lugar los días 24 y 25 de junio en La Haya. Los Estados miembros de la Alianza ya han acordado aumentar progresivamente su gasto en defensa hasta el 5 %, tal y como exigía Washington. 2

  • Con más de 35.000 militares estacionados en su territorio, Alemania es el país europeo con mayor presencia militar estadounidense.
Notas al pie
  1. «Was erwartet Merz bei Trump?», Tagesschau, 4 de junio de 2025.
  2. Anne-Sylvaine Chassany y John Paul Rathbone, «Germany backs Donald Trump goal for Nato to spend 5% of GDP on defence», Financial Times, 15 de mayo de 2025; Michael Nienaber y Andrea Palasciano, «NATO Is Pushing Europeans for Fivefold Boost to Air Defenses», Bloomberg, 3 de junio de 2025.