Proyecto Stargate: con 500.000 millones de dólares de inversión y una desregulación masiva, Trump quiere dar paso a una «Edad de Oro de la IA»

El martes 21 de enero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una nueva inversión inicial de 100.000 millones de dólares —que se espera aumente hasta un total de 500.000 millones de aquí a 2029— en infraestructuras para desarrollar y alimentar modelos de inteligencia artificial (IA).

• El «Proyecto Stargate» es una empresa conjunta entre OpenAI, SoftBank, Oracle y MGX, un inversor en IA respaldado por los Emiratos Árabes Unidos. Las empresas estadounidenses Nvidia y Microsoft y la británica ARM también participarán en la parte técnica.
• Descrito por Trump como «el mayor proyecto de infraestructuras de IA de la historia», Stargate utilizará estas inversiones para construir centros de datos, 10 de los cuales ya están en construcción en Texas, el principal productor de electricidad de Estados Unidos y el estado con mayores reservas de hidrocarburos.

La cuestión de la energía utilizada para alimentar los gigantescos centros de datos utilizados para desarrollar la IA es central. Durante la rueda de prensa, Trump anunció que la nueva administración haría todo lo posible para facilitar el acceso de Stargate a toda la energía que fuera necesaria, y añadió: «Les daremos la posibilidad de hacerlo muy fácilmente en sus propias centrales eléctricas si así lo desean».

Al desregular el sector de la generación de energía en su primer día en el cargo, la administración Trump espera mantener y aumentar el dominio estadounidense en el campo de la IA.

• En 2023, los centros de datos consumieron el 4,4% de la electricidad producida en Estados Unidos (176 TWh). Según un informe del Departamento de Energía publicado en diciembre, este porcentaje podría aumentar hasta el 12% en 2028 (de 325 a 580 TWh) ¹.
• La enorme demanda de electricidad alimentada por el desarrollo de la IA está ejerciendo una presión considerable sobre las infraestructuras que componen la red eléctrica estadounidense. También está retrasando el cierre de centrales eléctricas que utilizan combustibles fósiles ².
• Un informe del Proyecto REPEAT de la Universidad de Princeton —que influyó significativamente en la política energética de la administración Biden— identificó en septiembre de 2022 la distribución de electricidad como parte central de la Ley de Reducción de la Inflación y del despliegue de la energía descarbonizada en Estados Unidos ³.

Los comunicados de la administración y de las empresas participantes en el proyecto Stargate no especificaban qué energía se utilizaría para alimentar estas plantas, que podrían producir energía específicamente para centros de datos. Entre sus primeras medidas como presidente, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París y firmó un decreto que elimina las regulaciones que rigen la perforación y explotación de yacimientos de gas, carbón, minerales críticos y petróleo.

El 20 de enero, Trump también derogó un decreto firmado en 2023 por Joe Biden que pretendía limitar los riesgos que la IA podría suponer para los consumidores, los trabajadores y la seguridad nacional. En concreto, exigía a los desarrolladores de sistemas de inteligencia artificial que compartieran los resultados de sus pruebas de seguridad con el gobierno estadounidense, de acuerdo con las disposiciones de la Ley de Producción de Defensa ⁴.

Al mismo tiempo, los fabricantes chinos están consiguiendo desarrollar modelos de IA capaces de rendimientos cercanos a los de las tecnologías estadounidenses, aunque utilizando menos recursos financieros, semiconductores y energía, y a pesar de las sanciones destinadas a restringir el acceso de China a los semiconductores avanzados.

• La empresa emergente DeepSeek ha presentado un modelo de IA entrenado con un coste total de sólo 5,6 millones de dólares ⁵, que, según afirma, sería competitivo con el de OpenAI.
• ByteDance, la empresa propietaria de TikTok, planea gastar más de 12.000 millones de dólares en infraestructura de IA este año.
• China también sigue instalando masivamente nueva capacidad de producción de energías renovables. El año pasado, Pekín batió sus propios récords al aumentar su capacidad solar en un 45% y la eólica en un 18%.