La caída del régimen de Bashar al-Assad el domingo 8 de diciembre provocó una importante reorganización del equilibrio de poder en Siria.

  • Rusia ha comenzado a retirarse de sus bases militares, transfiriendo sus buques de Tartous a Libia 1;
  • El ejército israelí ha extendido su control desde los Altos del Golán hasta la zona de distensión desmilitarizada situada más al este, en territorio sirio, y se encuentra ahora a menos de cincuenta kilómetros de Damasco;
  • Al parecer, Turquía, con el apoyo del Ejército Nacional Sirio, está a punto de lanzar una nueva ofensiva en el norte del país para hacer retroceder a las Fuerzas Democráticas Sirias.

Ankara, que contribuyó a neutralizar al ejército del régimen de Al-Assad interceptando e interfiriendo sus telecomunicaciones, parece ver en el periodo de transición que se abre en Siria una oportunidad para extender su control indirecto del territorio sirio haciendo retroceder a los grupos y poblaciones kurdos. 2 Según un portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias, las negociaciones sobre el alto al fuego entre las fuerzas kurdas y los grupos respaldados por Turquía fracasaron el lunes a pesar del apoyo estadounidense. 3 

Que Turquía lance o no una operación en la región de Kobane dependerá sin duda de la interpretación que Ankara haga de la postura estadounidense.

  • Washington reconoce las «preocupaciones legítimas» de Turquía sobre «la amenaza terrorista a lo largo de la frontera con Siria». 4 Al mismo tiempo, la administración de Biden tiene la intención de mantener su relación de cooperación con las Fuerzas Democráticas Sirias como parte de su lucha contra el Estado Islámico.
  • Sin embargo, la implicación estadounidense sobre el terreno —y, por tanto, el apoyo directo a las fuerzas kurdas— podría reevaluarse una vez que Trump tome posesión de su cargo el 20 de enero. En concreto, el presidente electo podría decidir la retirada de los 900 efectivos estadounidenses actualmente presentes en Siria, repartidos entre la zona al este del Éufrates y la zona de coordinación en torno a la base de Tanf, en la frontera con Irak y Jordania.

La víspera de la huída de Bashar al-Assad a Moscú, el 8 de diciembre, Trump declaró en sus redes sociales que Estados Unidos «no debería tener nada que ver» con lo que ocurría en Siria, «no es nuestra lucha». Anteayer, lunes 16, el presidente electo añadió que Turquía «tendrá la llave» de lo que ocurra en Siria, sugiriendo que no se opondría a que Erdoğan lanzara una operación militar en el norte del país.