El domingo 3 de noviembre, los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (PP), visitaron las zonas más afectadas por las inundaciones que comenzaron el 29 de octubre en Paiporta y Chiva, en la provincia de Valencia.
En una imagen poco habitual, los monarcas tuvieron que ser escoltados y cubiertos con paraguas por el equipo de seguridad que les acompañaba en una caótica visita a Paiporta, zona cero del huracán más destructivo que ha azotado Valencia en un siglo y que se ha cobrado hasta el momento más de 200 vidas. Cientos de personas siguen desaparecidas.
- Un aparcamiento de las afueras de Valencia con varios niveles subterráneos está completamente bajo el agua.
- En la provincia de Valencia cayeron hasta 500 litros de agua por metro cuadrado en 24 horas. En las localidades más afectadas, entre el 29 y el 30 de octubre llovió más que en un año.
Los cuatro fueron recibidos por vecinos enfurecidos, que les abuchearon y les arrojaron barro y proyectiles.
- «Perro, asesino, hijo de puta, lárgate de aquí»: el principal objetivo parecía ser Pedro Sánchez, a quien también lanzaron palos y fue el único al que su seguridad retiró. El coche en el que viajaba resultó gravemente dañado durante el altercado.
- Los Reyes decidieron continuar su visita, que poco a poco fue recuperando la normalidad.
El momento de la visita a Paiporta, donde la mayoría de la población sigue esperando ayuda, fue especialmente criticado.
- Las imágenes de los Reyes siendo tomados a mal son inusuales: los monarcas españoles gozan de mayor popularidad que la clase política y manejan meticulosamente su comunicación institucional.
Las inundaciones han provocado duras críticas a Moncloa y a las autoridades autonómicas, abriendo un debate sobre el papel del Estado y su relación con las comunidades autónomas. Una campaña en las redes sociales defiende la idea de que sólo «el pueblo puede salvar al pueblo» frente a una clase política «desconectada e incapaz».
- Continúa el tira y afloja entre el Gobierno español (PSOE) y las autoridades autonómicas valencianas (PP). Los dos partidos se acusan mutuamente de no haber tomado a tiempo medidas cautelares y preventivas.
- Por el momento, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha declarado el estado de alarma, mecanismo constitucional que le permitiría tomar el control de la región, como hizo durante la pandemia de Covid-19. Madrid argumenta que tal toma de control equivaldría a ignorar las competencias de las autoridades regionales, que son las mejor situadas para gestionar la situación sobre el terreno. Sánchez dijo que sólo lo haría si el Presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se lo pedía.
- La organización de las labores de socorro y la prestación de ayuda a las víctimas se están resintiendo como consecuencia de la relación de fuerzas entre los dos principales partidos de España. Cinco días después del inicio de las inundaciones, muchas zonas afectadas aún no han sido atendidas por los servicios de emergencia ni han recibido ayuda pública alguna. Los voluntarios se están organizando para paliar esta situación.
La situación es sintomática del estancamiento político que vive España desde las elecciones generales de 2023. Aunque Sánchez ha conseguido formar una coalición para mantenerse en el poder, su margen de maniobra para gobernar es escaso —o incluso nulo—.
- El poder territorial en España está en gran parte en manos del PP, que gobierna en 11 de las 19 comunidades y ciudades autónomas.
- Aunque gozan de un alto nivel de autonomía y gestión, estas regiones no disponen de los recursos del Estado. El gobierno regional de Valencia se vio completamente desbordado por las inundaciones: tardó cuatro días en solicitar a medias la participación activa del Estado central.