¿Es Trump demasiado mayor para ser presidente?

El pasado mes de julio, más de 11 artículos diarios del New York Times mencionaban la edad de Joe Biden, frente a los cerca de 9 de Donald Trump. La televisión y otros medios dedicaron una parte importante de su cobertura de la campaña presidencial a la edad del presidente demócrata, considerado demasiado mayor para un segundo mandato. Biden mostraba cada vez más signos de envejecimiento y deterioro cognitivo.

Desde la retirada del presidente demócrata y la investidura de Kamala Harris a principios de agosto, la atención de los medios de comunicación sobre la edad de los candidatos se ha desplomado en gran medida.

• De ser elegido, Donald Trump sería, no obstante, el presidente más viejo de la historia de Estados Unidos (142 días más que Joe Biden en el momento de su posible investidura).
• Con 60 años, Kamala Harris también superaría la media de edad de los presidentes estadounidenses en su primera toma de posesión: 55 años.
• Con una diferencia de edad de 18,4 años, Trump y Harris están lejos de ser los candidatos con mayor diferencia de edad. En 2008, Obama era 24,9 años más joven que su oponente John McCain¹.

Sin embargo, cada vez hay más indicios de que la salud mental de Trump se está deteriorando. En abril, el psicólogo Harry Segal, de la Universidad de Cornell, señaló que la diferencia de rendimiento entre sus discursos diurnos y nocturnos formaba parte de un fenómeno «que se ha observado en muchas personas que sufren las primeras fases de la demencia y que se conoce como “sundowning” (síndrome crepuscular)². Su parafasia fonémica y su forma de andar también son signos de demencia»³.

Varios estudios estadísticos también han puesto de relieve la forma en que los discursos de Trump se han deteriorado desde 2015.

• La duración media de sus discursos de campaña casi se ha duplicado, pasando de una media de 45 minutos en 2016 a 82 minutos este año. El número de palabrotas utilizadas, por su parte, ha aumentado un 69% en comparación con su primera candidatura, lo que probablemente indicaría una tendencia creciente a la «desinhibición»⁴, un rasgo que suele utilizarse para explicar los hallazgos clínicos de trastornos neurológicos y psiquiátricos, incluida la demencia⁵.
• Según un estudio del psicólogo James Pennebaker, de la Universidad de Austin, Trump utiliza un 60% más de palabras como «siempre», «nunca» y «completamente», un aumento que también se observa en Biden. El aumento del «pensamiento todo o nada» puede estar asociado al deterioro cognitivo⁶.
• El candidato republicano tampoco ha hecho público aún su historial médico, después de decir en agosto que «lo haría con mucho gusto»⁷. En noviembre de 2023, Trump había compartido una carta de su médico en la que afirmaba que «sus exámenes cognitivos eran excepcionales»⁸.
• Al padre de Donald Trump, Fred Trump (fallecido en 1999), se le diagnosticaron signos de demencia en 1991, cuando tenía 86 años. Los antecedentes paternos duplican el riesgo de desarrollar una forma de demencia⁹.

Las sucesivas negativas de Trump a participar en un segundo debate presidencial contra Kamala Harris y luego en un town hall de sustitución en CNN el miércoles 23 de octubre también podrían estar relacionadas con una disminución de su capacidad para formular respuestas articuladas o incluso complejas sin poder recurrir a notas o a un teleprompter. La reducción del vocabulario del candidato republicano —que ya es entre 3 y 7 veces menor que el de la mayoría de los candidatos presidenciales— es otro indicador de deterioro cognitivo: las pruebas de fluidez verbal son utilizadas por los neurólogos para establecer diagnósticos y detectar los primeros signos de demencia, como el Alzheimer¹⁰.

El estilo populista de Trump desempeña un papel importante en su forma de dirigirse a las multitudes y a los medios de comunicación: las comparaciones de sus entrevistas entre la década de 1980 y la de 2020 muestran el desarrollo de un lenguaje «más sencillo» destinado a convencer a los votantes. Las declaraciones incoherentes realizadas durante sus mítines —sobre tiburones y barcos eléctricos¹¹, el Congo¹², los vínculos entre las moscas y la presidencia de Biden¹³, el uso de imanes bajo el agua¹⁴…— han aumentado en número en comparación con los dos ciclos anteriores.