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El jueves 3 de octubre, dos días después del ataque iraní contra Israel, Joe Biden sugirió que Estados Unidos podría estar a favor de una represalia contra el sector petrolero de Teherán. A la pregunta de si apoyaría tal medida, el presidente estadounidense respondió: «Lo estamos discutiendo. Creo que sería un poco…», terminando la frase con un «como sea».

Estas pocas palabras provocaron una subida del 5% en el precio del crudo Brent, que llevaba bajando desde la primavera.

  • Ayer, viernes 4 de octubre, el barril de petróleo alcanzó su nivel más alto en un mes: 78 dólares, un 8,9% más desde el 30 de septiembre.
  • Funcionarios israelíes declararon el martes 2 de octubre que la respuesta de Tel Aviv podría tener como objetivo «instalaciones de producción de petróleo y otros lugares estratégicos»1.
  • Biden, por su parte, declaró que Estados Unidos se oponía a cualquier ataque contra las instalaciones nucleares iraníes, temiendo una nueva escalada.

El desmantelamiento o la destrucción parcial de la capacidad de producción y exportación de petróleo de Irán tendría un impacto global, dado que Irán es uno de los principales productores de petróleo del mundo (cerca de 4 millones de barriles diarios de crudo y condensado en 2023). Identificamos tres actores potenciales principales que serían los más perjudicados por un ataque de este tipo:

Irán

Teherán sería naturalmente el más afectado por los ataques israelíes contra sus pozos, refinerías, oleoductos e instalaciones de exportación de petróleo. Dada la concentración de infraestructuras en el suroeste del país, Israel podría recortar gravemente la capacidad de Irán para producir y transportar petróleo.

Desde el punto de vista económico, el coste para Teherán sería considerable.

  • Irán es uno de los países más dependientes del mundo de su industria petrolera. En 2021, esta industria representaba el 18,3% del PIB del país.
  • Cada mes, Teherán exporta a China petróleo por valor de unos 2.000 millones de dólares, lo que representa al menos el 5% de la producción económica total del país.
  • Dado que alrededor de la mitad de la producción petrolera iraní se destina al consumo interno, una parte de la economía del país también se paralizaría en caso de caída del suministro.

Las refinerías y oleoductos iraníes serían objetivos prioritarios de Israel para dañar la economía del país y, por tanto, su capacidad para armarse y financiar su programa nuclear.

China

Cada mes, más del 90% de las exportaciones de petróleo iraní pasan por China. Desde principios de año, este porcentaje ha alcanzado una media de 1,4 millones de barriles de petróleo al día, alrededor del 15% de las importaciones totales de petróleo de Pekín.

  • Debido a las sanciones, China puede comprar su petróleo más barato a Teherán que a otros proveedores del Golfo o Rusia.
  • Pekín está muy expuesta a las interrupciones de las cadenas mundiales de suministro de petróleo: China es el mayor importador mundial de petróleo, y tres cuartas partes de su consumo proceden del exterior.

Si Israel ataca el sector petrolero iraní, China debería poder compensar durante un tiempo la caída de sus importaciones recurriendo a sus reservas nacionales. Según estimaciones recientes, Pekín podría aguantar dos años sin petróleo iraní2. En este escenario, son sobre todo las posibles represalias iraníes y la interrupción de las rutas marítimas las que podrían tener consecuencias negativas para China.

Kamala Harris

Aunque la política exterior no suele ser una de las principales preocupaciones de los votantes, varios factores podrían, no obstante, influir en el voto en un contexto de escalada regional.

  • Históricamente, las subidas del precio del petróleo han desempeñado un papel negativo en las campañas presidenciales estadounidenses: la derrota de Carter coincidió con una subida de los precios del petróleo.
  • Otros presidentes estadounidenses en ejercicio, como Ford y George H.W. Bush, también han perdido las elecciones presidenciales como consecuencia de la subida de los precios.
  • Este año, sin embargo, la situación es inédita: el presidente en ejercicio, Joe Biden, no se presenta a la reelección. Sin embargo, los votantes asocian a Kamala Harris con el historial de la administración demócrata en la Casa Blanca.

En caso de subida del precio del crudo y a sólo cinco semanas de las elecciones presidenciales, Trump atacaría a la candidata demócrata, acusándola de ser la responsable del aumento del precio de la gasolina en Estados Unidos. El expresidente reiteraría además su afirmación de que su presencia en la Casa Blanca basta para disuadir al mundo de iniciar conflictos, mientras que la «debilidad» de Joe Biden envalentonaría a los actores belicosos.

Notas al pie
  1. Barak Ravid, « Israel plans massive Iran payback with Middle East on edge », Axios, 2 de octubre de 2024.
  2. Keith Bradsher, « China Buys Nearly All of Iran’s Oil Exports, but Has Options if Israel Attacks », The New York Times, 4 de octubre de 2024.