Este año, los países del Sur pagarán 50.000 millones de dólares más en deuda de lo que recibirán en subvenciones y préstamos

Según las proyecciones de la campaña ONE, en 2023 los países en desarrollo se habrán convertido en contribuyentes netos a la economía mundial por primera vez en 20 años¹. El año pasado, pagaron 21.440 millones de dólares más por el servicio de la deuda que lo que recibieron en financiación exterior.

• La ONG prevé que esta cifra supere los 50.000 millones de dólares este año, antes de descender a 17.800 millones en 2025.
• Más de uno de cada tres países en desarrollo pagará entonces más para reembolsar su deuda de lo que recibe de los países ricos, incluidos los nuevos préstamos y la ayuda oficial al desarrollo.
• Para algunos países, como Líbano, Montenegro, Laos y Macedonia del Norte, estas transferencias negativas netas representarán más del 5% de su PIB en 2025.

Varios factores explican este repentino cambio de tendencia, ya que los flujos financieros hacia los países en desarrollo se han contraído un 48% entre 2021 y 2022, su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2007-2008.

• Las repetidas crisis mundiales: la pandemia, la invasión rusa de Ucrania, el aumento de los precios de la energía, etc. han hecho subir los tipos de interés;
• la gran mayoría de las divisas mundiales se han depreciado frente al dólar estadounidense en los últimos meses²;
• el volumen de la deuda contraída por los países en desarrollo se ha más que duplicado desde 2009, lo que ha provocado un aumento significativo de los costes de reembolso.

Tanto el porcentaje de la deuda de los países en desarrollo en manos de bancos privados como el de China han aumentado desde principios de la década de 2010, pasando del 60 % y el 3,2 %, respectivamente, entre 2010 y 2014, al 66,2 % y el 6,7 % para el periodo 2018-2022. Según la ONE, los tipos de interés aplicados por estos actores son, de media, cuatro veces superiores a los del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento³.