1- ¿Irán es un «Estado fallido»?
Examinando la trayectoria económica de Irán antes de la imposición de sanciones hasta 2011, que abarca dos décadas, incluidos los años noventa y la década de 2000, es difícil caracterizar a Irán como un Estado fallido.
Durante ese período, el nivel de vida experimentó un rápido crecimiento, impulsado significativamente por los ingresos del petróleo en la década de 2000. El gobierno participó activamente en el desarrollo de infraestructura, sobre todo en las regiones menos favorecidas, lo que dio lugar a un ethos de Estado revolucionario, que daba prioridad al bienestar de las masas. Esta transformación se puso de manifiesto en iniciativas como la extensión de la electricidad a las zonas rurales, el acceso al agua potable, la creación de clínicas sanitarias y otras iniciativas similares.
Sin embargo, se produjo un cambio después de 2011, marcado por una notable desaceleración. Una parte considerable de este descenso puede atribuirse a las sanciones.
Antes de las sanciones, Irán tenía una economía abierta, con una razón comercio-PIB comparable a la de Turquía. A pesar de su fuerte dependencia de las exportaciones de petróleo, Irán mantenía una economía relativamente diversificada. La imposición de sanciones perturbó considerablemente el panorama económico iraní, sobre todo en lo que respecta a sus exportaciones de petróleo, que se desplomaron a la mitad. A diferencia del comercio de bienes como el calzado o la electrónica, el seguimiento de los envíos de petróleo es más sencillo, lo que agrava el impacto de las sanciones.
En Irán prevalece la idea de que la falta de educación occidental de los gobernantes los hace incompetentes para gestionar la economía. Sin embargo, esa narrativa refleja una perspectiva neocolonial, que implica que sólo los individuos educados en instituciones occidentales pueden gobernar eficazmente una economía. En realidad, a pesar de la ausencia de educación occidental entre algunos dirigentes, Irán logró capear las crisis económicas relativamente bien en comparación con otras naciones dependientes del petróleo como Venezuela.
Sin embargo, la corrupción y la agitación provocada por las sanciones perturbaron las funciones esenciales de la economía y socavaron el intrincado equilibrio entre sectores, regiones y segmentos sociales. El surgimiento de la narrativa que presenta a Irán como un Estado fallido agrava aún más la situación, perpetuando las nociones de incompetencia entre los dirigentes, mientras que también había mucha incompetencia económica en el Irán anterior a la revolución de los años setenta.
Irán sigue siendo un país en vías de desarrollo, caracterizado por una mezcla de éxitos y fracasos, incluidos errores, mala gestión y corrupción.
2- ¿Cómo explicar las diferentes oleadas de inflación en Irán?
Las crisis cambiarias en Irán suelen coincidir con la imposición o el endurecimiento de las sanciones. Estos choques suelen persistir durante un par de años antes de disiparse gradualmente a medida que la economía se adapta, principalmente a través de mecanismos de mercado. La intervención del gobierno desempeña un papel limitado en este proceso de ajuste. Durante esos periodos, se observa un notable desplazamiento hacia la compra de bienes locales en detrimento de los importados, ya que las exportaciones se ven obstaculizadas por las sanciones, que han alcanzado su nivel máximo.
A pesar de las posibles variaciones en la aplicación, el nivel general de sanciones se mantiene constante. De hecho, el número de sanciones ha proliferado y abarca una amplia gama de objetivos. Especialmente significativa es la restricción continua del uso del dólar en las transacciones internacionales, que impide a Irán comerciar en la escena internacional.
El impacto de estas sanciones se manifiesta en indicadores económicos como los tipos de cambio y la inflación. A medida que aumenta la fuga de capitales y sube el tipo de cambio, los precios se disparan rápidamente. Incluso los bienes en inventario sufren aumentos para reflejar los nuevos precios locales. El banco central interviene entonces para mitigar la inflación impulsada por los costos.
Los economistas iraníes debaten sobre las causas de la inflación. Mientras que algunos atribuyen la inflación a las políticas presupuestarias del gobierno, otros destacan el papel de las sanciones, responsables de al menos la mitad de la inflación observada desde 2011.
Los esfuerzos para mitigar las consecuencias económicas de las sanciones incluyen contactos diplomáticos con la comunidad internacional, en particular con la administración de Biden. Irán pretende descongelar las reservas y controlar las actividades de enriquecimiento nuclear para aliviar las presiones económicas. Las señales de no participación en conflictos regionales, como la guerra entre Hamás e Israel, sirven para proteger el tipo de cambio y los precios locales, aunque con mayor o menor éxito.
A pesar de estas medidas, las recientes fluctuaciones del tipo de cambio y las tasas de inflación persistentemente elevadas, que alcanzan el 40-45%, ponen de relieve los retos actuales. Los déficits presupuestarios, la corrupción y el limitado control gubernamental sobre las instituciones bancarias contribuyen a estas complejidades económicas, que justifican un examen más detenido e intervenciones políticas.
3- ¿Cuáles son las consecuencias concretas de las sanciones estadounidenses sobre la sociedad iraní y, más concretamente, sobre su alimentación?
A pesar de los retos económicos, el consumo medio de alimentos en Irán, especialmente en proteínas, se mantiene relativamente estable. Incluso el decil más bajo de la población supera el nivel de ingesta de proteínas recomendado internacionalmente. Sin embargo, se observa un notable descenso en el consumo de calorías, que cae por debajo de las 2 100 calorías diarias recomendadas por los nutricionistas, para el decil más bajo.
Este descenso en la ingesta de calorías es intrigante, dado que el pan iraní está muy subvencionado, y proporciona una parte significativa de las calorías diarias. Una explicación plausible podría ser un cambio en las preferencias dietéticas, posiblemente influido por problemas de salud como la diabetes y la obesidad. Este cambio podría implicar una reducción del consumo de pan en favor de frutas y alimentos más variados. Sin embargo, los precios de esas alternativas se han disparado, sobre todo por las restricciones de las sanciones, lo que contribuye al descenso general de la ingesta calórica.
En el periodo comprendido entre 2004 y 2006 se produjo un crecimiento económico y un aumento del nivel de vida en Irán, impulsados por el incremento de los ingresos procedentes del petróleo. Sin embargo, este periodo también marcó una tendencia a la baja en los indicadores de nutrición, lo que sugiere una compleja interacción de factores que influyen en los patrones de consumo. Con la transición de los iraníes hacia un estilo de vida más acomodado, caracterizado por un mayor gasto en viajes, automóviles, vivienda y atención sanitaria, las preferencias alimentarias han experimentado cambios significativos.
A pesar de estos retos, el gobierno ha dado prioridad a la protección de los estándares nutricionales, lo que se evidencia en unos indicadores relativamente estables de ingesta de proteínas, hierro y vitamina B12. La disponibilidad de importaciones de alimentos subvencionadas, apoyadas por tipos de cambio favorables hasta hace poco, ha mitigado parcialmente el impacto de las sanciones sobre la seguridad alimentaria en Irán.
4- ¿En qué medida han enriquecido las sanciones a las élites de Irán?
No es sorprendente que, cuando se obstaculiza el funcionamiento del mercado, cambie la dinámica del poder. Los mercados tienden a potenciar a los pequeños comerciantes. A diferencia de países como Egipto bajo Nasser, o India, donde se exigían licencias para importar, en Irán los particulares podían dedicarse directamente al comercio.
Cuando el funcionamiento del mercado se ve obstaculizado, el poder se consolida entre comerciantes más grandes y protegidos con conexiones con fuentes de poder. Estos comerciantes pueden realizar transacciones internacionales complejas, como los acuerdos con China en los que intervienen fondos públicos. A diferencia del sencillo proceso de cambio de divisas en las calles de Teherán, el acceso a grandes sumas para las importaciones procedentes de China suele implicar que comerciantes influyentes monopolicen el comercio a través de oficinas establecidas.
Por lo tanto, la consecuencia imprevista de las sanciones es el aumento del poder del gobierno. En contra de las expectativas de los partidarios de las sanciones, que creían que debilitarían al gobierno, la realidad es que las sanciones han fortalecido la autoridad gubernamental. Mientras tanto, el sector privado y la clase media han experimentado un debilitamiento de sus posiciones.
5- ¿Hasta qué punto la pandemia de Covid-19 debilitó la economía iraní?
El enfoque de Irán para gestionar la pandemia de Covid-19 difirió del de muchos países occidentales, sobre todo en lo que respecta a las políticas económicas y de empleo. A diferencia de las naciones europeas y Estados Unidos, Irán no aplicó estrictas medidas de bloqueo. En su lugar, el gobierno se enfrentó a la disyuntiva de priorizar la actividad económica y minimizar los riesgos para la salud. En consecuencia, las personas se vieron obligadas a sopesar los riesgos de ir a trabajar frente a los beneficios de quedarse en casa.
Debido a las restricciones fiscales, el gobierno iraní carecía de recursos financieros para proporcionar un amplio apoyo a los ciudadanos para que se quedaran en casa. En consecuencia, los cierres fueron breves y se dirigieron principalmente a las escuelas y no a las fábricas, lo que afectó desproporcionadamente a las mujeres. El empleo en Irán, tanto en el sector privado como en el público, está muy regulado, y los empleadores dudan en despedir a los trabajadores sin consultar a los organismos gubernamentales. Este enfoque condujo a niveles de empleo relativamente estables en general, aunque las mujeres experimentaron un notable descenso en las tasas de empleo y participación.
Aunque la respuesta de Irán a la pandemia se enfrentó a desafíos, como un mayor número de víctimas mortales en comparación con los países vecinos, en general se consideró relativamente eficaz. Irán surgió como epicentro temprano de la pandemia fuera de China debido a los vuelos directos desde Wuhan. A pesar de los obstáculos iniciales, como la prohibición del líder supremo de importar vacunas estadounidenses, la gestión de la pandemia por parte del gobierno recibió valoraciones favorables en general. A pesar de las críticas a las estrategias de vacunación que favorecen las opciones orientales frente a las occidentales, el enfoque iraní obtuvo notas aprobatorias, especialmente si se compara con la respuesta de China.
6- ¿Cuáles son las características de la «economía de resistencia» iraní?
El panorama económico de Irán es muy diferente al de Venezuela y Cuba, donde existen ideologías socialistas. Por el contrario, el clero en Irán tiene opiniones conservadoras y desconfía de las ideologías socialistas. Ya en 1979, cuando esas ideologías ganaban terreno en los países en desarrollo, el clero iraní preveía una lucha entre el socialismo/comunismo y el Islam. En consecuencia, no abrazaron una «economía de resistencia».
Aunque el concepto de economía de resistencia surgió como eslogan en 2014, las sucesivas administraciones iraníes de Rafsanyani, Jatamí y Ruhani siguieron siendo en gran medida prooccidentales, y algunas abogaron por un enfoque más orientado al mercado. A pesar del eslogan, los moderados iraníes estaban preocupados por mantener los lazos con Europa e integrar el sector privado en la economía europea para mitigar el riesgo de alineamiento con China y Rusia.
La intuición de que el futuro de Irán estaba menos con Occidente y más con una identidad islámica independiente resultó clarividente, sobre todo con las tensiones geopolíticas exacerbadas tras la retirada de Estados Unidos del JCPOA (Plan Integral de Acción Conjunto) en mayo de 2018. El discurso en Teherán cambió drásticamente, con debates centrados en las ramificaciones de las sanciones y la necesidad de una economía de resistencia.
A diferencia de Venezuela o Cuba, donde las economías de planificación centralizada condujeron a estantes vacíos, Irán se centra en mantener la dinámica del mercado. Además, se hace hincapié en la transferencia de tecnología, e Irán trata de importar tecnología para mejorar sus capacidades industriales.
La implantación de la economía de resistencia se observa predominantemente en la política exterior, ya que Irán se alinea más con naciones orientales como las de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) o los BRICS. Este cambio refleja un pivote estratégico que se aleja de la dependencia de las economías occidentales.
Sin embargo, persisten los desafíos, especialmente en lo que respecta a la capacidad de Irán para llevar a cabo el comercio internacional. Aunque los trabajadores iraníes poseen potencial para competir a escala mundial debido a sus bajos salarios y buenos niveles educativos, obstáculos como las restricciones bancarias dificultan el comercio con otros países. Pueden exportar mercancías a los países vecinos, pero les cuesta cobrar, incluso de Turkmenistán o Irak.
La eficacia de la economía de resistencia se ve mermada por su incapacidad para fomentar una producción y unas exportaciones diversificadas. Las sanciones obstruyen el acceso de Irán al sistema bancario mundial, lo que limita su capacidad de comerciar. A pesar de los esfuerzos del presidente Raisi por aliviar las sanciones, la economía de la resistencia sigue estando vagamente definida y carece de claridad sobre la consecución de la autosuficiencia y el avance tecnológico.
7- ¿Cuál es el nivel actual de las sanciones impuestas contra Irán? ¿Cuánto gas y petróleo sigue exportando Irán a pesar de las sanciones?
El aspecto de la aplicación de las sanciones ha cambiado. La administración de Biden opta por hacerse de la vista gorda, pero las sanciones siguen siendo severas. Incluso a la hora de acordar los 6 mil millones de dólares retenidos en Corea a los que Irán podría acceder, se decidió canalizarlos a través de Qatar bajo supervisión estadounidense.
Cuando Irán recibe sus propios fondos, considerados robados desde la perspectiva iraní, algunos lo perciben como un generoso regalo en efectivo de Biden. Las opciones de Irán se limitan a ampliar los acuerdos de trueque. Con algunas naciones, como Sri Lanka, Irán practica el trueque puro, intercambiando petróleo por productos básicos como el té. Persiste el dominio del dólar estadounidense, y los bancos siguen recelosos de negociar con Irán, por temor a cuantiosas multas como las impuestas a HSBC. Aunque no ha habido una multa reciente de 10 mil millones de dólares, los bancos actúan con cautela.
Técnicamente, las sanciones no han disminuido, pero su aplicación se ha suavizado a medida que Estados Unidos se hace de la vista gorda y su posición se debilita. A Estados Unidos le resulta cada vez más difícil imponer condiciones a China, especialmente en medio de las sanciones existentes y otras disputas. En consecuencia, los barcos descargan en China e Irán importa diversas mercancías. Sin embargo, esto no amplía significativamente la gama de productos disponibles. Irán se enfrenta a dificultades cuando determinados artículos, como generadores o instalaciones de extracción especializadas, sólo están disponibles en Europa o Estados Unidos.
En cuanto a las exportaciones energéticas, Irán vende un mínimo de gas, ya que alrededor del 90% se consume en el país y una parte se exporta a Turquía. Aparte de eso, los gasoductos que conectan Irán con los países vecinos son limitados debido a sus propios recursos de gas. Irán consigue exportar alrededor de un millón de barriles diarios de petróleo y condensados. Sin embargo, debido a los descuentos necesarios, los volúmenes reales de exportación pueden ser inferiores, lo que repercute en los ingresos en divisas. Las cifras exactas no suelen revelarse y son objeto de especulación.
La falta de mantenimiento e inversión en infraestructuras, incluidas las instalaciones de petróleo y gas, también ha provocado una importante depreciación. El periodo dorado de Irán tras la guerra de Irak fue testigo de un importante desarrollo en infraestructura, pero el descuido del mantenimiento ha generado costos ocultos. Aunque los costos aparentes puedan parecer reducidos en un principio, surgen gastos imprevistos.
8- ¿Hasta qué punto puede un país como Irán escapar realmente a las sanciones, por ejemplo, volviéndose hacia China?, ¿cuáles son los límites de este giro hacia el Este?
Durante la guerra Irán-Irak, Irán desarrolló una industria de fabricación de armas, algo que esencialmente nunca había tenido. Incluso en otros ámbitos, los ingenieros iraníes solían decirme que recibimos una amplia formación en ingeniería en la escuela, pero esencialmente, sólo la usamos para seleccionar artículos de los catálogos occidentales en lugar de producirlos nosotros mismos. Las sanciones han empujado a los iraníes a fabricar cosas, y eso es una ventaja.
Cuando un país tiene abundantes ingresos del petróleo, es difícil crear incentivos para la producción local. Casi podríamos decir que Irán se ha beneficiado de las sanciones en este sentido. Los beneficios significativos están aún por llegar si consiguen encontrar formas de exportar productos no petrolíferos. ¿Cuál es el límite para Estados Unidos? Se está desarrollando una camaradería entre los países sancionados, entre más países sancionados haya, las sanciones van perdiendo su eficacia.
El grupo de países que no tienen nada que perder si rompen las sanciones estadounidenses son los que ya están bajo sanciones. Esto abre la puerta a que más países participen en este marco económico alternativo.
Irán apuesta por algo parecido. Sin embargo, predecir resultados como la sustitución del dólar en diez años y cambios significativos para Irán y China debe abordarse con cautela. China sigue profundamente vinculada a Estados Unidos. Rusia goza de más libertad debido a su condición de exportador de energía, pero no hay tendencias claras.
En general, las negociaciones para una liberación limitada de las sanciones, como el comercio con los países vecinos, deben seguir adelante. Actualmente, incluso esas vías están restringidas. Irak, que muchos creen que se está convirtiendo gradualmente en una provincia de la República Islámica, se enfrenta a dificultades para pagar a Irán la electricidad que importa debido a las restricciones estadounidenses.
9- Se dice que la liberación de 6 mil millones de dólares de dinero iraní congelado desde Corea del Sur a través de Qatar quedó bloqueada tras el ataque de Hamás contra Israel. ¿Cómo funcionó este acuerdo y cómo se suspendió?
El presidente de Estados Unidos posee la autoridad para liberar fondos. Aunque el Congreso tiene leyes que prohíben el comercio directo con Irán, no hay ninguna ley específica que impida a Corea liberar los fondos congelados de Irán. La aplicación de tales normas corresponde al poder ejecutivo, gestionado por el Tesoro y el poder judicial. Si se infringen las sanciones secundarias, las personas o entidades son demandadas ante los tribunales por el gobierno estadounidense. Sin embargo, el Congreso sigue participando en el proceso de toma de decisiones, ya que existe una coordinación entre el presidente y el Congreso en estos asuntos. En el caso de las acciones de Biden, su objetivo era persuadir a senadores clave de que la liberación de los fondos estaba justificada, alegando razones como garantizar la liberación de los rehenes estadounidenses retenidos en Irán y hacer frente a las provocaciones militares contra aliados como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
La estrategia no consistía en aliviar las sanciones, sino en maniobrar con los fondos congelados. Estados Unidos facilitó la transferencia de fondos a Qatar, con la condición de que el dinero fuera supervisado de cerca y su uso aprobado por las autoridades estadounidenses. Aunque el gobierno iraní celebró la devolución de los fondos, en la práctica seguían bajo supervisión estadounidense. Aunque la liberación real de los fondos sigue sin estar clara, los últimos acontecimientos sugieren cierto acceso, como permitir una mayor retirada de divisas para viajes.
A pesar de estas maniobras, la economía iraní sigue afrontando dificultades, sobre todo en la disponibilidad de divisas.
Bajo esta dinámica económica subyace el orgullo de Irán por su tecnología de misiles, que ha actuado como elemento disuasorio frente a la intervención abierta de Estados Unidos. Este equilibrio ha permitido a Irán estabilizar su economía hasta cierto punto, permitiendo un acceso limitado a las divisas sin un alivio total de las sanciones. El eslogan electoral de Ruhani, que hacía hincapié en la necesidad de dar prioridad a la economía sobre la política, parece haberse hecho realidad, de forma opuesta a lo previsto inicialmente: la política —los misiles, la política regional— protege la economía al ser una palanca en las negociaciones sobre los activos congelados con Estados Unidos.
En resumen, aunque Irán sigue afrontando retos económicos en medio de las sanciones, sus maniobras estratégicas y capacidades militares han permitido cierto grado de estabilidad económica, lo que demuestra una sorprendente interacción entre política y economía.
10- ¿Debemos concluir del caso de Irán que las sanciones no son una herramienta eficaz de política exterior? Si no funcionó con Irán, ¿cómo podría funcionar con Rusia?
Ciertamente, cuando se trata de política internacional, existen otras opciones que la guerra o las sanciones. También existe la diplomacia. En lugar de considerar las sanciones como precursoras de la guerra, existe una tercera opción que implica entendimiento, persuasión y comercio, una vía para incrementar el diálogo. Este enfoque busca concesiones mutuas, pero no se elige porque la hostilidad de los actores tiene su dinámica propia.
En cuanto a Rusia, percibe a Irán como un cuento con moraleja: una nación con una economía contenida, que crece modestamente y que experimenta disturbios públicos periódicos. Aunque Rusia puede aspirar a una trayectoria diferente dada su capacidad industrial y un clima potencialmente más favorable, también se enfrenta a las lecciones de la experiencia iraní. Las sanciones prolongadas conducen al estancamiento. Y la situación de Irán dista mucho de ser una historia de éxito. Queda la esperanza de que Irán pueda aprovechar alianzas como las de los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái para alcanzar tasas de crecimiento más elevadas, en torno al 6-7%, lo que supondría un verdadero éxito y provocaría la reconsideración de las sanciones por parte de Estados Unidos, pero de momento no es el caso.
Además, el impacto de las sanciones en el sentimiento de la población local es incierto. Aunque algunos iraníes atribuyan sus penurias a las acciones de su gobierno y no a las sanciones estadounidenses, existe la posibilidad de que, con el tiempo, el resentimiento se desplace hacia Estados Unidos, lo que podría erosionar el sentimiento históricamente proestadounidense de la clase media iraní.