La sequía en la Amazonia se convierte en un problema medioambiental, económico y social

Los datos recopilados por el Departamento de Seguridad Civil (Defesa Civil) del Estado de Amazonas en Brasil, revelan una situación de sequía cada vez más crítica, con 40 de los 62 municipios en situación de emergencia¹. La Amazonia está experimentando una estación seca² más larga y dura de lo normal, con los cauces de los ríos en niveles históricamente bajos, muy cerca de los peores registrados en 2010³. Se cree que esto se debe en particular al aumento de la temperatura del Océano Atlántico y al fenómeno climático de El Niño, que está calentando el continente sudamericano y creando un clima más seco en la Amazonia.

• Esta situación es tanto más preocupante cuanto que los ríos son la savia de la Amazonia. La dureza del clima, la densidad de la selva y los catastróficos daños medioambientales dificultan la construcción y el mantenimiento de las carreteras, lo que refuerza el papel de los ríos como vías de comunicación.
• Manaos, la capital de Amazonas y la ciudad más poblada de la Amazonia brasileña, con más de 2 millones de habitantes, no está conectada con la capital federal, Brasilia. Por ello, las mercancías de este importante centro industrial se exportan a través del río Amazonas al resto de Brasil y/o del mundo. El estiaje está perturbando la fluidez del río, con algunos puertos secos y, sobre todo aguas arriba de Manaos, aislando completamente del resto del país a ciudades como Tabatinga y Benjamin Constant, situadas en la frontera con Colombia. Otras actividades también se ven afectadas por el estiaje de los ríos, como el turismo, que pierde parte de sus ingresos, y la central hidroeléctrica de Santo Antônio, paralizada por la falta de agua, lo que priva de electricidad a varias comunidades.

Además de los bajos niveles de agua, la sequía está aumentando la temperatura del agua de los ríos, lo que está resultando fatal para la vida acuática.

• Las autoridades han informado de la muerte de cientos de peces, así como de 110 tucuxis y botos -delfines rosados amazónicos, animal emblemático de la región- en una semana cerca de Tefé⁴. Según el Instituto Mamirauá de Desarrollo Sostenible, que realiza investigaciones sobre la protección del medio ambiente en la Amazonia, no hubo casos excepcionales de muerte de botos y tucuxis durante la sequía histórica de 2010 ni durante otros periodos de sequía.
• Además de indicar la gravedad de la situación, cabe señalar que esta disminución de las poblaciones de peces, combinada con el aislamiento provocado por el bajo nivel de las aguas, aumentará la inseguridad alimentaria de muchas comunidades.

Además de un problema medioambiental, económico y social, la sequía puede convertirse en un problema político.

• Desde su llegada al poder, el gobierno de Lula ha mostrado un gran interés por la protección de la Amazonia, y el vicepresidente Geraldo Alckmin visitó la región el 4 de octubre acompañado de una delegación de ministros para apreciar mejor la gravedad de la situación⁵.

• Anunció medidas como obras de dragado en los ríos Solimões y Madeira e indemnizaciones para los pescadores. Sin embargo, la situación ha abierto un debate sobre la carretera BR-319⁶ que une Manaos con Porto Velho -capital del pequeño estado de Rondônia, mejor comunicado con el resto del país que el Amazonas-, inaugurada en 1976, pero abandonada desde entonces y en estado deplorable, formada por pistas y caminos de tierra en la mayor parte del recorrido.

• La renovación de esta carretera es un proyecto apoyado por el bando bolsonarista, del que forma parte el actual gobernador de Amazonas. El Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables concedió una licencia para las obras de pavimentación bituminosa en julio de 2022, cuando Bolsonaro estaba en el poder y uno de sus leales estaba al frente de la institución. Aunque esas obras ayudarían a abrir Manaos, también generarían una nueva oleada de deforestación a lo largo del eje de la carretera, como ha ocurrido cada vez que el Estado brasileño ha construido carreteras en la Amazonia.

• El gobierno brasileño ha creado un grupo de trabajo para estudiar el proyecto.

Esta sequía histórica está aumentando la presión sobre el ecosistema amazónico. Aunque el alargamiento y el empeoramiento de la estación seca se deben a efectos climáticos, también forman parte de las consecuencias de la deforestación, que está dando lugar a un proceso de sabanización⁷. Las regiones más deforestadas están experimentando una reducción de las precipitaciones.

• La persistencia de la sequía también repercutirá en el aumento y la intensidad de los incendios forestales en la región.

• Soluciones como la rehabilitación de la BR-319 podrían apoyar la actividad económica a corto plazo, pero el mantenimiento de esta carretera es tan costoso que es muy probable que el proyecto se abandone de nuevo. Además, la deforestación resultante tendrá un impacto negativo a largo plazo en una región cuya actividad económica es principalmente extractiva.

En un momento en que Brasil debe acoger la COP30 en Belém, en la Amazonia, en 2025, estos episodios arrojan dudas sobre la capacidad del gobierno brasileño para cumplir sus compromisos medioambientales, y podrían retrasar aún más la posible firma del acuerdo Unión Europea-Mercosur.