La gestión de la migración en un contexto marcado por el aumento del número de solicitantes de asilo que llegan a Europa tras el final de la pandemia sigue dividiendo a los Estados miembros. 

El compromiso alcanzado con dificultades por los Ministros del Interior a principios de junio, que preveía una serie de ajustes del reglamento de Dublín, no fue votado por Polonia ni por Hungría. El Consejo Europeo, reunido en Bruselas los días 29 y 30 de junio, tuvo que aprobar por unanimidad un comunicado para transponer lo que habían decidido los ministros. No consiguió cambiar la postura de Varsovia y Budapest, que se oponen en particular a la reubicación de los solicitantes de asilo y a la introducción de una compensación económica de 20.000 euros por persona en caso de rechazo.

  • El jueves por la noche, el Presidente del Consejo, Charles Michel, había pedido a Giorgia Meloni que intentara mediar con Morawiecki y Orban. Tras una reunión de media hora el viernes por la mañana, la Presidenta del Consejo italiano no logró convencer a los dos Jefes de Gobierno.
  • El hecho de que Meloni pidiera a su Ministro del Interior que votara a favor de una normativa que no se corresponde con gran parte de su programa sobre inmigración es una señal de su voluntad de participar activamente en la dinámica europea. Sin embargo, su incapacidad para convencer a sus aliados ideológicamente más próximos confirma la dificultad de reunir a gobiernos que defiendan una agenda soberanista en cuestiones europeas.
  • Meloni, anticipándose a las posibles críticas a la actitud de dos de sus aliados por una elección que perjudica directamente a Italia, dejó claro que no estaba decepcionada por la actitud de Polonia y Hungría: «No puedo estar decepcionada cuando alguien defiende sus intereses nacionales».
  • En términos de alianzas políticas a escala continental, esto podría tener repercusiones significativas para el intento del ECR de acercarse al PPE. Meloni está intentando tender un puente entre las dos fuerzas políticas, utilizando su papel de presidenta de los Conservadores Europeos para tener más peso en la elección de la Comisión que tomará posesión tras las elecciones europeas de junio de 2024. La credibilidad de esta operación depende también de la capacidad de Meloni para convencer a sus aliados de que se alineen con las posiciones de los demás partidos.

Meloni estará en Varsovia el próximo miércoles, donde se reunirá con Morawiecki. Su visita será, por tanto, de gran importancia política, ya que Italia y Polonia representan los dos mayores componentes del ECR en términos de escaños: si sus líneas divergen, el grupo corre el riesgo de ser menos influyente.

  • En conjunto, el PPE no apreció la política de bloqueo practicada por Polonia y Hungría. El Ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, uno de los principales protagonistas de las negociaciones entre los miembros del PPE y los conservadores, comentó de forma bastante explícita las decisiones tomadas por Varsovia y Budapest: «En este momento, necesitamos solidaridad europea en el tema de la inmigración. Espero que Hungría y Polonia sean más razonables. Forza Italia tiene muchas reservas sobre el voto por unanimidad en el Consejo Europeo, pero con el voto por mayoría también se superarían estos obstáculos.»

Tras el rechazo de Polonia y Hungría, el apartado sobre el nuevo pacto europeo en materia de asilo y migración ha sido retirado de las conclusiones del Consejo Europeo.