Según una nota del Elíseo, la reunión servirá para tratar «las relaciones bilaterales» y, en particular, «la aplicación del Tratado del Quirinal». Macron y Meloni aprovecharán también para preparar el próximo Consejo Europeo de los días 29 y 30 de junio, así como la cumbre de la OTAN que se celebrará en Vilna (Lituania) los días 11 y 12 de julio.

  • Esta reunión bilateral, que los diplomáticos preparan desde hace tiempo, ha sido aplazada varias veces a raíz de malentendidos y tensiones, en particular sobre inmigración. La visita de Sergio Mattarella el 7 de junio allanó el camino, y es probable que el comunicado de prensa conjunto atestigüe el fin de las disensiones.
  • Las dos capitales hablarán sin duda del nuevo acuerdo alcanzado a nivel europeo sobre inmigración: Italia pide no sólo más solidaridad en términos de redistribución de los solicitantes de asilo que llegan a sus costas, sino también una acción europea para limitar las salidas. París, que está dispuesta a dar curso a estas propuestas, ha pedido y obtenido sin embargo normas más estrictas sobre los movimientos secundarios, aprobadas hace quince días por el Consejo de Ministros de Interior.

Además de la gestión de la inmigración, uno de los principales puntos de divergencia entre las dos capitales, también se espera que Meloni y Macron debatan la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y la respuesta de Europa a la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense. Meloni propone la creación de un fondo soberano europeo para hacer frente a los retos industriales, energéticos y ecológicos, pero por el momento su idea no goza de consenso, sobre todo entre los países llamados «frugales». 

  • Mientras que en el frente económico Francia e Italia parecen bastante alineadas, en el político Macron y Meloni juegan dos partidas diferentes con vistas a las elecciones europeas de 2024. Mientras que el presidente francés busca reforzar el eje que eligió a Ursula von der Leyen, la presidenta del Consejo italiano quiere utilizar los resultados de su grupo, el ECR, para participar en las negociaciones e influir en la elección de la próxima presidencia de la Comisión.
  • Por el momento, sin embargo, su plan de sustituir la actual alianza entre el PPE, Renew, los Verdes y el S&D por una alianza más de derechas -con el ECR en lugar del S&D- parece muy alejado de la realidad del equilibrio de poder.

En el Gobierno italiano coexisten dos tendencias. Una es más pro francesa, representada por los ministros de Defensa, Guido Crosetto, y de Asuntos Europeos, Raffaele Fitto, mientras que la otra desconfía mucho más de París. Giovambattista Fazzolari, mano derecha de Meloni y subsecretario del Primer Ministro, ha declarado, por ejemplo, que «rechazaría» la Legión de Honor, condecoración que se concede a los «representantes de la izquierda».

  • En este sentido, será importante seguir el futuro de Forza Italia, el único partido italiano perteneciente al PPE. Tras la muerte de Berlusconi, una explosión de FI podría tener consecuencias importantes para la coalición en el poder en Italia, pero también para el equilibrio de fuerzas europeo.