La contraofensiva ucraniana, anunciada hace varios meses para la primavera de 2023, pretende cumplir dos objetivos principales: reconquistar el territorio ucraniano actualmente ocupado por el ejército ruso (unos 106.000 km2, es decir, el 18% del territorio) y obligar a las fuerzas rusas a retirarse lo más lejos posible para crear las condiciones de un final del conflicto que satisfaga las exigencias de Kiev.

Antes de que las decenas de miles de combatientes ucranianos preparados para esta operación (probablemente entre 30.000 y 60.000, es decir, entre 10 y 20 brigadas) puedan avanzar sobre el terreno, Kiev pretende alcanzar varios objetivos preparatorios.

  • Desde hace varios días, el ejército ucraniano ataca con mayor intensidad y frecuencia los sistemas de apoyo del ejército ruso.
  • Así pues, la fase de «preparación» (que precede a una fase más «dinámica» de reconquista) ya está en marcha; queda por ver si en los próximos días y semanas el Estado Mayor ucraniano la considerará lo suficientemente exitosa como para pasar a la siguiente fase.
  • El ataque con drones del 29 de abril contra el depósito de combustible de la bahía de Kozacha, en la Sebastopol ocupada, formaba parte de este objetivo de debilitar las capacidades logísticas para impedir la movilidad de las fuerzas rusas1.

Es probable que en los próximos días Ucrania intente repetir e intensificar este tipo de operaciones para debilitar el apoyo logístico ruso en el frente, atacando las líneas de comunicación, el suministro y las bases de retaguardia. Estas operaciones tienen además otros dos objetivos: obligar a Rusia a movilizar medios defensivos para proteger su retaguardia y debilitar la moral de las tropas rusas. Según la periodista ucraniana Nataliya Gumenyuk, los civiles rusos que viven en Crimea y las familias de los militares están abandonando la península en gran número por temor a un ataque inminente2.

Además de estos preparativos, las fuerzas ucranianas también han recuperado posiciones en Bajmut.

  • El lunes 1 de mayo, el comandante del Grupo de Fuerzas Orientales de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, declaró que las fuerzas rusas no habían podido avanzar hacia la ciudad, mientras que las fuerzas ucranianas habían «llevado a cabo contraataques y retomado algunas posiciones rusas»3.
  • Mientras el ejército ruso avanza muy lentamente en Bajmut (sólo 2,05 km2 de ganancias territoriales rusas en la última semana4), las fuerzas ucranianas habrían recuperado la iniciativa en algunas partes de la ciudad.

La gran contraofensiva que se espera en el sur y el este del país se está viendo frenada por el tiempo lluvioso, que está contribuyendo a la acumulación de barro que hace intransitables las carreteras. Al mismo tiempo, el trabajo de OSINT realizado por Brady Africk muestra que las fuerzas rusas llevan preparándose al menos desde octubre de 2022 para repeler los ataques ucranianos, especialmente hacia Melitopol y Crimea. Aunque esta extensa red de fortificaciones (que se extiende por toda la línea del frente de 1.800 kilómetros) indica que el Estado Mayor ruso prevé tener que retirarse de las posiciones actuales, también ralentizará considerablemente el avance de los vehículos ucranianos hacia Crimea y el mar de Azov5.