Pedro Castillo, candidato del partido izquierdista Perú Libre, llegó al poder en Lima en julio de 2021 en una segunda vuelta muy reñida contra Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) y figura destacada de la derecha peruana.

Con un índice de aprobación del 31% a finales de noviembre, según una encuesta realizada por el diario peruano La República, la popularidad del gobierno de Pedro Castillo ha caído casi a la mitad desde su elección.

  • Su apoyo se concentra principalmente en las zonas rurales del país (45% en noviembre frente al 19% en la metrópoli de Lima) y entre las clases sociales más desfavorecidas1.

En cuanto a la popularidad del propio presidente, había caído hasta el 23% en septiembre, desde el mínimo histórico del 19% en abril, según un sondeo de Ipsos.

  • En la raíz de la impopularidad de Castillo está su incapacidad para gobernar, su incapacidad para desarrollar políticas y su propensión a nombrar a figuras divisivas e impopulares para puestos clave.
  • Con cuatro presidentes del Consejo en sus primeros seis meses de mandato, el gobierno de Castillo ostenta el récord de inestabilidad política en Perú2.

Con más de la mitad de la población peruana luchando por alimentarse debido a las crecientes tasas de pobreza y a la inflación -en su nivel más alto en 24 años-, Pedro Castillo anunció ayer su decisión de disolver el Congreso para impedir que los diputados voten su destitución, la tercera votación de este tipo en un año3.

  • La destitución reveló el débil apoyo institucional de Castillo: los miembros de su gobierno dimitieron en masa, el Tribunal Supremo declaró inconstitucional la decisión, y el ejército y la policía dijeron que no le apoyarían.
  • Tras refugiarse en la embajada de México en Lima, Castillo fue finalmente encarcelado y sucedido por su vicepresidenta, Dina Boluarte, después de que el Congreso destituyera a Castillo por «incapacidad moral» -lo que había derrocado a Pedro Pablo Kuczynski en 2018 y a Martín Vizcarra en 2020-.

Según la Constitución peruana, Boluarte debería permanecer en el poder hasta el final del mandato inicial de Castillo, en 2026. Sin embargo, la destitución de Castillo no pondrá fin a las tensiones con el Congreso, en el que la coalición a la que pertenece Perú Libre es ampliamente minoritaria. Aunque la primera presidenta del país ha pedido una «tregua» a la oposición, sus primeros nombramientos serán una indicación del apoyo con que cuenta y de su capacidad para gobernar.