La segunda vuelta de las elecciones al Senado en Georgia es crucial para 2024

El 8 de noviembre, el candidato demócrata al Senado por el estado de Georgia, Raphael Warnock, obtuvo el 49,4% de los votos frente al 48,5% de su oponente republicano, Herschel Walker.

• Aunque en muchos estados de Estados Unidos basta con obtener más votos en una elección para un cargo público -una «pluralidad»- para ganar las elecciones, Georgia es uno de los dos (junto con Luisiana) donde es necesaria una segunda vuelta si no hay mayoría en la primera ronda. 
• Aunque la ley de Georgia estipula que la segunda vuelta debe celebrarse el 28º día después de la primera, los votantes deben estar inscritos en las listas federales antes del 7 de noviembre, un día antes de que comiencen las midterms¹. 

Estas elecciones son muy importantes para el control del Senado. Aunque no cambiará la mayoría, los demócratas pueden aspirar a ganar un escaño 51 que evitaría tener que negociar un acuerdo de reparto de poder, especialmente para el reparto de comisiones. Así pues, hay mucho en juego para las elecciones de 2024, en las que los escaños en juego serán probablemente muy desfavorables para el Partido Demócrata, que tendrá que intentar conservar escaños en estados con fuerte arraigo republicano².

Dado que el número de votantes inscritos es el mismo que en la primera vuelta, será principalmente la abstención la que determine los resultados de la segunda vuelta. En Georgia, la participación aumentó del 53,9% en 2018 al 56,9%. 

Este año han acudido a votar principalmente votantes blancos y de mayor edad, lo que ha contribuido a reducir la proporción de minorías étnicas en el electorado.

• En la primera vuelta de la votación, los votantes de más de 50 años constituían casi el 60% del electorado en Georgia³.
• El fuerte resultado de la candidata demócrata a pesar de la baja proporción de votantes jóvenes -en comparación con otros estados clave⁴– y el aumento proporcional de votantes blancos indica que el partido presidencial ha sido capaz de ampliar su base en el estado.

En 2020, Joe Biden consiguió ganar Georgia en las elecciones presidenciales por primera vez para un candidato demócrata desde 1992. En la segunda vuelta de las elecciones especiales al Senado de enero de 2021, tanto Warnock (D) como Ossoff (D) dieron al Partido Demócrata la mayoría en el Senado, convirtiendo en «azul» un estado tradicionalmente «rojo».

Sin embargo, los resultados de las elecciones al Senado y presidenciales no reflejan la fuerte base republicana. En noviembre, 9 de los 14 escaños de la Cámara de Representantes fueron ganados por candidatos republicanos, mientras que los cargos de gobernador, vicegobernador, fiscal general, secretario de Estado y la legislatura estatal están en manos del Partido Republicano.

Las encuestas no muestran ningún cambio real de tendencia desde la primera vuelta.

• En un esfuerzo por ganarse a los votantes indecisos y a los que no votan, ambos partidos invirtieron decenas de millones de dólares -una suma enorme- en campañas publicitarias y sondeos de base.
• Según OpenSecrets, los dos partidos gastaron más de 400 millones de dólares en total en la campaña al Senado por Georgia, lo que la convierte, con diferencia, en la más cara de las midterms⁵.

También es mucho lo que está en juego para Donald Trump, que parece ser el gran perdedor de estas midterms: los candidatos que ha respaldado han obtenido peores resultados de los esperados, percibidos como demasiado radicales. Walker, exjugador de fútbol americano y figura controvertida, es un amigo íntimo de Trump en el que el expresidente tiene muchas inversiones políticas personales. Una derrota en Georgia ayudaría a empañar la imagen y la credibilidad de Trump en las elecciones de 2024.