Desde el 25 de octubre, Italia se niega a recibir el Ocean Viking: el barco humanitario de la ONG SOS Méditerranée que partió de las costas libias hace tres semanas con supervivientes a bordo.

  • El nuevo gobierno italiano justificó su decisión denunciando la debilidad del mecanismo europeo de reubicación de migrantes, y pidiendo que todos los Estados «asuman su parte» en la acogida.
  • Este año, sólo 164 solicitantes de asilo han sido trasladados desde Italia a otros países de la Unión en el marco del programa de solidaridad voluntaria, una fracción de los 88.000 inmigrantes que ha recibido el país desde enero1.
  • Tras la negativa de Italia, Francia ha suspendido los planes de acogida de 3.500 solicitantes de asilo que se encuentran actualmente en Italia.

En una rueda de prensa celebrada el viernes en Roma, Meloni achacó el suceso a un «malentendido» y afirmó que «la exigencia de aislamiento de Italia por parte de otros países traiciona la dinámica europea de solidaridad y reparto». Al mostrarse inflexible en materia de política migratoria, la nueva Presidenta del Consejo sirve a sus intereses políticos -al igual que París, que se muestra humanista-.

Tras la decisión francesa, cuatro países europeos -Italia, Grecia, Malta y Chipre- se opusieron a «la idea de que los países de primera entrada [es decir, los más cercanos a las costas africanas y levantinas] sean los únicos puntos de desembarco de los inmigrantes ilegales». El documento denuncia la pesada «carga […] en la gestión de los flujos migratorios» que recae sobre ellos2.

En Bruselas, la Comisión está trabajando en un plan de emergencia para resolver las diferencias entre países sobre cómo tratar a los solicitantes de asilo rescatados en el mar.

  • Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión responsable de migración y promoción del modo de vida europeo, ha convocado una reunión extraordinaria de los ministros de Interior de los Estados miembros antes de diciembre. 
  • En 2017, Italia había celebrado un acuerdo con Libia para «prestar apoyo técnico y tecnológico a las instituciones libias encargadas de combatir la inmigración clandestina»3. Desde entonces, Meloni ha sugerido en repetidas ocasiones el establecimiento de un «bloqueo naval» para evitar que los inmigrantes lleguen a las costas italianas.