A finales de octubre se hizo público que Thomas Schmid, antiguo asesor de Sebastian Kurz, canciller de Austria entre 2017 y 2019 y entre 2020 y 2021, había optado por colaborar con la justicia en la investigación contra Kurz y sus allegados por cargos de corrupción, malversación, perjurio y peculio.

  • Considerado como la mano derecha de Kurz, Schmid había participado en la malversación de fondos públicos y en la intimidación de ciertos actores que no estaban en fase con las políticas migratorias de «Basti» (nombre amistoso de Kurz), como la Diócesis de Viena.
  • A cambio, Schmid se había convertido en director general de ÖBAG, el fondo soberano del Estado austriaco, hasta que los investigadores encontraron mensajes comprometedores en su teléfono móvil, que estaba siendo investigado en otro caso de corrupción.

Schmid, que parecía estar a punto de convertirse en el chivo expiatorio de todos los males de la derecha austriaca de los últimos años, se había puesto en contacto con la justicia austriaca para convertirse en un «Kronzeuge», un «testigo de la corona», el equivalente vienés de un colaborador judicial. 

Durante el interrogatorio por parte de la justicia austriaca, para el que se elaboró un informe de 454 páginas, Schmid relató la trama que había llevado a Kurz a la dirección del país mediante encuestas amañadas y los casos de corrupción en los que el canciller y sus colaboradores se habían visto envueltos cuando estaban en el poder.

  • Sin embargo, hay que señalar que la mayoría de los nombres mencionados por Schmid son ya conocidos por la justicia austriaca, como el de la ex ministra de Familia, Sophie Karmasin, que fue detenida el pasado mes de mayo.
  • La «novedad» más importante de la confesión de Schmid se refiere al actual presidente del Parlamento y ex ministro del Interior, Wolfgang Sobotka.

Paradójicamente, Sobotka, como presidente del Parlamento, es también el presidente de la comisión parlamentaria de investigación que se ocupa del asunto y que ha recibido hoy a Thomas Schmid.

  • La posible colaboración del presidente del Parlamento pone en primer plano el aspecto altamente político de esta serie de escándalos en la galaxia del ÖVP (Partido Popular Austriaco), el partido de Kurz, pero también de los dos cancilleres que se han sucedido al frente del país, Alexander Schallenberg (2019-2021) y Karl Nehammer (desde 2021), mientras mantienen su alianza con el ecologista Partido Verde.
  • Estos últimos han expresado su descontento con cada nueva revelación, sin por ello poner en duda la alianza gubernamental.

Esta semana, el canciller Nehammer se distanció por primera vez condenando claramente el comportamiento de Kurz y sus colaboradores, para distanciarse definitivamente él y su partido (que ha ido bajando en las encuestas, habiendo perdido casi un 10% desde la dimisión de Kurz) del ex canciller.