La visita de Emmanuel Macron a Roma estaba prevista desde hace tiempo. Esta tarde ha almorzado con el Presidente Sergio Mattarella y esta mañana ha sido recibido por el Papa Francisco en una audiencia en el Vaticano.

  • Sin embargo, hasta el último momento, la oficina del presidente francés declinó confirmar el encuentro con su homólogo italiano, prefiriendo anunciarlo en Twitter con una foto de los dos dirigentes en la terraza del hotel Gran Meliá. 

Según las actas de la reunión, la mayor parte de las cuales fueron publicadas por la Agenzia Giornalistica Italia (IGA), la discusión se centró en «los principales temas europeos»: la guerra en Ucrania y la lucha contra los precios de la energía, que figuraban en el orden del día del Consejo Europeo de la semana pasada y de la reunión de ministros europeos de Energía prevista para mañana en Luxemburgo1.

En su gobierno, cuya composición fue presentada el pasado sábado, Giorgia Meloni ha optado por el consenso con las distintas fuerzas de la coalición y la continuidad institucional.

  • Giancarlo Giorgetti ha sido nombrado para la cartera de Economía y Finanzas, tras haber sido responsable de la cartera de Desarrollo Económico en el gobierno de Draghi.
  • Sin embargo, varios ministros nombrados para puestos importantes (Interior, Trabajo o Sanidad) no tienen experiencia política previa.

Esta reunión buscaba una vía intermedia entre la convergencia de los intereses de los dos países (principalmente en el marco europeo) y el deseo de superar el paso en falso de la Secretaria de Estado para Europa, Laurence Boone, que había declarado hace unas semanas que Francia iba a «vigilar el estado de derecho» en Italia, provocando un mini incidente diplomático2.

  • Sin embargo, la reunión no se tradujo en un exceso de cordialidad: sólo declaraciones circunstanciales y ninguna referencia al Tratado del Quirinal, el instrumento diplomático sellado el pasado mes de noviembre que, en teoría, vincularía estrechamente a París y Roma.

En Francia, a veces se describe a Meloni como el homólogo de Marine Le Pen. Además, la síntesis que intentará realizar durante su mandato -según se desprende de su lista de ministros, entre soberanía y tecnocracia- parece indicar una posible hoja de ruta para la llegada de la figura de la extrema derecha francesa al Elíseo.

  • Macron ha sido fuertemente criticado por la izquierda francesa por su «falta de reserva» que, según algunos, equivale a «banalizar» o «minimizar» en cierto modo la llegada de Meloni al Palacio Chigi.
  • Para el presidente francés, «[…] como países vecinos, como pueblos amigos, con Italia debemos continuar todo el trabajo iniciado», sin que la vertiente política del presidente del Consejo constituya un obstáculo insalvable para la cooperación bilateral.

Es casi natural que exista una especie de desconfianza entre las dos figuras, debido a que sus antecedentes políticos y personales son muy diferentes. Todo ello sin contar la estrecha, casi íntima, relación que el presidente francés mantiene con Mario Draghi.