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Key Points
- Un compromiso del ejército bielorruso podría ser un importante apoyo para el ejército ruso, que se encuentra en estado de pausa operacional. Pero hay muchas incógnitas en torno a este apoyo, entre ellas las razones políticas.
- Debido a la extensa red urbana, el ejército ruso en Ucrania es víctima de su plan inicial de «ofensiva de alta velocidad» con varios ejes de ataque a lo largo de todo el arco fronterizo entre Kiev y Crimea.
- La tasa de fracaso de los ataques urbanos rusos, enfrentados a una gran infantería ucraniana, no necesariamente muy competente, pero motivada y bien equipada con armamento ligero antivehículo, es muy alta -excepto en Kherson, donde fue llevada a cabo por tropas aerotransportadas.
El análisis táctico de ayer está disponible aquí. El archivo de los análisis diarios de Michel Goya está disponible en este enlace.
Situación general
El ejército ruso en Ucrania está paralizado. Esta parada es circunstancial en muchos lugares, para completar su recomposición antes de atacar de nuevo. También es una indicación de un mal funcionamiento general.
Situaciones específicas
La situación no ha cambiado en gran medida: las fuerzas rusas se encuentran en una pausa operativa en las zonas de ataque, especialmente en los alrededores de Kiev, donde los combates son limitados, y no avanzan en los asedios en curso. Incluso hay contraataques ucranianos en varios lugares (Mykolaev, Kharkiv, este de Kiev).
Asistimos a una compensación por el aumento de los ataques profundos, dirigidos a objetivos militares -que siguen buscando la supremacía aérea después de dos semanas-, pero también a civiles, sin que esté claro el motivo: ¿terrorizar? poner a la población en contra de sus dirigentes?
Perspectivas sobre una participación bielorrusa
Al parecer, Vladimir Putin ha detenido a varios generales y ejecutivos de la 5ª dirección del FSB (ex KGB) encargada de la inteligencia sobre Ucrania.
Rusia intenta reanimarse con refuerzos (unidades de combate restantes), pero también ahora con la entrada de Bielorrusia en la guerra. Lukashenko se muestra muy reticente, por miedo a ser sometido a sanciones internacionales -lo que quizá sea el primer efecto positivo de estas sanciones-, aunque se esté desarrollando un discurso de justificación -amenaza de la OTAN, infiltración de mercenarios extranjeros, incluso se habla de un ataque de «falsa bandera» de dos aviones rusos en Bielorrusia.
Sobre el papel, la contribución del ejército bielorruso podría ser significativa, aproximadamente equivalente a la de un nuevo ejército ruso. Si se comprometiera, tendría que ser en el oeste de Ucrania, con el apoyo del Grupo Brest ruso (una división aerotransportada, una brigada de asalto aéreo, una brigada motorizada). Esto podría suponer una fuerte amenaza para el abastecimiento del ejército ucraniano y permitiría a los rusos fijar las brigadas ucranianas que ya están bajo presión de todos modos.
Pero la zona fronteriza occidental entre Bielorrusia y Ucrania es difícil de maniobrar (grandes pantanos, malas carreteras). Además, no se conoce en absoluto el estado real del ejército bielorruso, pero cabe imaginar que es bastante pobre. Por último, la reacción de la población bielorrusa, mucho más rebelde hacia su gobierno que la rusa, podría ser violenta si se inicia la guerra, algo que ya está ocurriendo.
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Teoría operacional: el ejército ruso y el combate urbano
Desde el punto de vista táctico, llama la atención la dificultad de las fuerzas rusas para combatir en zonas urbanas. Esto plantea necesariamente un problema operacional importante cuando se está condenado a encontrar numerosas localidades.
En cierto modo, el ejército ruso en Ucrania es víctima de su plan inicial de «ofensiva de alta velocidad» con varios ejes de ataque a lo largo de todo el arco fronterizo entre Kiev y el este de Crimea. El ARU veía en el mapa a las fuerzas regulares ucranianas, a las que había que atravesar, rodear, dislocar, y para ello estaba bien dotado de sus columnas mecanizadas y blindadas y de su potente artillería móvil. El problema es que también había ciudades en el mapa, y el ejército ruso no es en absoluto adecuado para luchar allí.
Ese ejército ya no es un ejército de masa humana -la población de Rusia es la mitad de la de Indonesia-, sino un ejército de material que vive de las existencias modernizadas del enorme antiguo ejército soviético. Sacrifica sus vehículos – se dice que 700 fueron abandonados y/o tomados por los ucranianos – más fácilmente que sus hombres, especialmente sus reclutas. Rusia también se ve afectada por el fenómeno de la sensibilidad social a las pérdidas humanas, de ahí el uso de mercenarios, entre otros.
Desde el punto de vista táctico, su infantería es pequeña. Más concretamente, se divide entre la infantería ligera de las fuerzas especiales y las fuerzas aerotransportadas -que forman un ejército aparte-, quizás 45.000 en total, y la infantería motorizada de los Grupo Táctico Inter Armas (GTIA), aproximadamente el mismo número, pero mucho más mediocre -en parte también porque las tropas aerotransportadas se han llevado lo mejor-. Pero no se puede asaltar ciudades sin una buena infantería.
El combate urbano ofensivo requiere una coordinación muy precisa de las fuerzas: tropas de a pie (infantería, zapadores de vehículos blindados, fuerzas de ataque) y un apoyo de artillería preciso y cercano, helicópteros en apoyo de retaguardia, ataques aéreos precisos en la profundidad urbana, logística protegida, drones, etc. Esta coordinación, obviamente, no era posible en el pasado. Esta coordinación, obviamente, no existe en el ejército ruso. Basta con ver las imágenes de la penetración del 1er ejército blindado en Brovary, al este de Kiev, para convencerse.
Esta compleja maquinaria no se puede improvisar. Se aprende. Las fuerzas armadas occidentales se entrenan en grandes centros de formación urbanos. No el ejército ruso, que yo sepa. Hoy lo están pagando. La tasa de fracaso de los ataques urbanos rusos, contra una gran infantería ucraniana, no necesariamente muy competente, pero motivada y bien equipada con armamento ligero antivehículo, es muy alta -excepto en Kherson, donde fue llevada a cabo por tropas aerotransportadas.
Y cuando los rusos no pueden tomar una ciudad por la fuerza, intentan tomarla por hambre. Cuando no no se puede derrotar al ejército enemigo, se ataca a su población.