
En la gobernanza mundial, las legitimidades compiten entre sí, desde los Estados hasta las ONG. Pero en un mundo roto, del Covid a la guerra, el papel asumido por ciertas empresas a la hora de fijar la agenda y planificar respuestas concretas está adquiriendo un nuevo rostro -una actualización de lo que Pascal Lamy ha nombrado en nuestras páginas «polilateralismo»-.