
Más allá de las fronteras de Estados Unidos y de su electorado MAGA, la victoria de Donald Trump es también una victoria para los movimientos de extrema derecha. En China, los ultranacionalistas ven en el triunfo del republicano —que obtuvo 312 votos del colegio electoral— una derrota de la «ideología LGTB» supuestamente promovida por Kamala Harris, así como la victoria de un icono viril frente a una candidata feminista.