Vianney Griffaton


«La verdad es que el mundo y sus habitantes pueden ser destruidos, pero aún pueden ser salvados. Y esto es lo que se oculta: no sólo en el modelo reaccionario de negar la gravedad de la situación ecológica global, sino también con la sensación de que sería demasiado tarde, de que ya no se podría hacer nada. La comodidad de la desesperación de izquierda por un lado, la negación cada vez más delirante de la reacción por el otro».

Continuación y fin de nuestra entrevista con Jacques Rancière. Mientras que la primera parte se centra esencialmente en su propio trabajo como historiador, en esta segunda parte el filósofo aborda cuestiones «epistemológicas» más generales, como su concepción del anacronismo y las formas de historicidad, sus reflexiones sobre el tema del fin de la historia, los vínculos entre la revolución literaria y la revolución de la ciencia histórica, y su visión de la microhistoria. También repasa su trayectoria intelectual y algunas de las grandes figuras que la han marcado (Foucault, Bourdieu, Certeau).

La relación entre filosofía e historia en Francia no siempre ha sido fácil. A veces se ha acusado al filósofo Jacques Rancière de dar lecciones a los historiadores. Sin embargo, no es necesario repetir la fábula del polvo y la nube, por una sencilla razón: como atestigua la abundante bibliografía temática que cierra esta larga entrevista dedicada a la relación del filósofo con la historia, el autor de La noche de los proletarios y de Scènes du peuple ha innegablemente, a su manera herética, escrito historia y sobre historia.