
En el Reino Unido de Keir Starmer, la inmigración descontrolada sería una política de derecha, propia de un conservadurismo desregulador.
Para reinventarse y luchar contra el auge del partido de Nigel Farage, el Partido Laborista ha decidido abordar políticamente esta cuestión presentando el endurecimiento de la política migratoria como una palanca para la solidaridad y la justicia social.
Marc Le Chevallier y Renaud Large analizan un cambio de paradigma.