Hélène Lavoix


De las pantallas de los teléfonos inteligentes a los drones, de las fábricas a los partidos políticos y los aviones, el despliegue de la IA a escala mundial está trastornando el poder. En un mundo roto, la carrera por los modelos inteligentes nos obliga a recurrir a nuevos recursos —geológicos, científicos y financieros—.

¿Cómo puede Europa evitar verse atrapada en esta revolución?

Inmersión en el corazón de la hiperguerra.