En Belém, los países del Sur no están allí para mendigar, ni para alinearse.
Frente a China y Estados Unidos, muchos de ellos, con intereses diferentes, quieren fijar los términos del debate.
Asumiendo una relación de fuerza directa en la diplomacia climática, el no alineamiento activo se convierte en un arma estratégica.
¿Alterará la mayor reunión multilateral del año?