Asia Septentrional

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«Apreciamos la comprensión mostrada por la administración Trump, a diferencia de los europeos».

Decapitar la soberanía ucraniana sigue siendo el objetivo estratégico del Kremlin.

Pero para comprenderlo, hay que salir del espectáculo trumpista y leer las palabras de Lavrov, que traducimos y comentamos línea por línea.

El título de un artículo publicado ayer por una de las agencias de prensa más importantes de Rusia, Ria Novosti, parecía reavivar una retórica maximalista con tintes genocidas, una semana después de las declaraciones de Vladimir Putin, en las que afirmaba que «toda Ucrania nos pertenece».

Lo traducimos íntegramente y lo situamos en un contexto marcado por las vacilaciones nucleares del presidente estadounidense y su ultimátum a Vladimir Putin.

¿Está Rusia a punto de ceder?

Según el enviado especial de la Unión Europea para las sanciones, todos los indicadores de Moscú están en rojo: es el momento oportuno para aumentar la presión sobre el régimen de Putin.

Mientras los 27 podrían adoptar un decimoctavo paquete de sanciones, nos reunimos con él.

«Lo que está en juego para nosotros no es el estatus de Ucrania, sino la propia existencia de Rusia».

En los círculos estratégicos cercanos al Kremlin, cada vez se expresa más abiertamente: la guerra de Ucrania es sólo una etapa; Trump seguirá siendo el enemigo de Moscú; y Europa es el próximo objetivo a derribar en la lista.

Traducción comentada línea por línea del último artículo radical de Dmitri Trenin, uno de los miembros más influyentes y visibles de la élite estratégica de la Rusia de Putin.

«Matarlos hasta en los baños»: Vladimir Putin había marcado la pauta al inicio de su mandato.

Con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, Rusia ha multiplicado desde hace un año las políticas xenófobas, en particular contra las minorías y las poblaciones procedentes de las antiguas repúblicas soviéticas.

Desvinculada de una realidad económica en la que la despoblación y la guerra crean una enorme necesidad de mano de obra, esta represión sistemática da rienda suelta al discurso racista en un país que durante mucho tiempo se ha jactado de ser un modelo de armonía multinacional.

Rusia ha «condenado firmemente» el ataque de Trump contra Irán.

Pero basta con leer atentamente las últimas declaraciones de Vladimir Putin —que traducimos y comentamos— para comprender que se está produciendo un ajuste estratégico.

Incapaz de sostener la apertura de un nuevo frente en el sur, Rusia podría, por realismo, ver nuevamente disminuida su estatura internacional al decidir abandonar el régimen iraní a Israel y Estados Unidos —lo que plantearía interrogantes sobre su solvencia geopolítica—.

En sus orígenes, era una pequeña agencia de «tecnología política» encargada de encontrar actores para mítines en los confines de Rusia.

Pero gracias a una espectacular filtración de datos, sabemos que la Social Design Agency debe «atacar» y «saturar» Europa —y que rinde cuentas al Kremlin—.

En este estudio exclusivo, elaboramos un prosopográfico de estos documentos que nos enseña una lección: si queremos comprender lo que nos amenaza, debemos mirar menos a Moscú y más a las raíces de la guerra informativa tal y como se libra en las periferias rusas. Es allí donde se aprende, se experimenta y se planifica la guerra informativa contra Europa.