Trump: fuentes intelectuales de una revolución cultural

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«Toda revolución depende de un grupo de jóvenes con talento dispuestos a superarse a sí mismos. En este momento, Washington está repleto de estos jóvenes revolucionarios».

En la segunda parte de nuestra larga entrevista con Curtis Yarvin, tratamos de comprender la teoría del poder de quien inspira a la nueva élite reaccionaria que quiere subvertir la democracia estadounidense.

Para llevar a cabo la contrarrevolución en Washington y transformar la república estadounidense en imperio, Trump necesita una nueva élite —financiera, cultural y tecnocrática—.

Pero según una parte importante de esta base que aspira a gobernar, las élites no quieren al pueblo.

Publicamos y comentamos una de las fuentes intelectuales más influyentes en el centro de esta línea de fractura interna.

«Así es como interpreto el plan: un arancel global permanente para dar preferencia a la fabricación nacional; un arancel permanente para China para desacoplar nuestras economías; aranceles recíprocos como medio de presión para incitar a otros socios comerciales a tomar decisiones políticas de reducción de déficits».

Según Oren Cass, uno de los economistas que lleva diez años tratando de dar cuerpo a una doctrina trumpista, la decisión de la Casa Blanca que ha provocado una crisis mundial en los mercados podría servir a un plan oculto inspirado en Reagan.

Lo traducimos y lo explicamos.

El capitalismo político estadounidense entra en una nueva fase.

La reindustrialización y la seguridad nacional se han convertido en pretextos.

Al pretender reconciliar a los «populistas» y los «tecnoptimistas» —las dos tribus que quiere encarnar—, el vicepresidente J. D. Vance busca hacer realidad el sueño de los oligarcas de la IA y las nuevas tecnologías.

Stephen Miran, la pieza clave del proyecto imperialista de Trump, es probablemente el asesor económico más importante y menos conocido del nuevo presidente estadounidense.

Su programa —provocar la disrupción del orden comercial internacional para resolver las contradicciones internas del capitalismo estadounidense— consta de cincuenta páginas y una idea fija: transformar los acuerdos del Plaza en acuerdos de Mar-a-Lago.

Desde hace un mes, lo está aplicando meticulosamente desde la Casa Blanca: hay que estudiarlo.

Proponemos la primera traducción íntegra y comentada en español.

En Múnich, esta tarde, el vicepresidente de los Estados Unidos no habló realmente de seguridad —y sólo mencionó de pasada a Ucrania, Putin o Rusia—. 

Convencido de que «la principal amenaza [para Europa proviene] de dentro», apuntando a las élites políticas y deseando hacer saltar los cordones sanitarios erigidos contra la extrema derecha en Alemania, J. D. Vance articuló por primera vez la visión maximalista de la Casa Blanca de Donald Trump para el continente: un cambio de régimen.

Traducimos y comentamos este discurso que todos los europeos deberían leer.

Detrás del megaproyecto inmobiliario de Trump en Gaza, que consiste en «limpiar» el enclave de los palestinos, se esconde la pseudo-teoría «formalista» del profeta de la Ilustración Oscura Curtis Yarvin. En su opinión, habría que ir más allá: convertir «GAZA» en una ciudad-corporación, cuyas acciones podrían cotizar en las bolsas mundiales.

Lo traducimos, lo contextualizamos y lo comentamos.

Para gobernar Estados Unidos y mantenerse en el poder, Donald Trump necesita poner en escena un continuo ritual sacrificial: destruir a Estados Unidos y a los estadounidenses. Esta nueva política no tiene estrategia. No busca ningún fin. Absorbe todas las formas de oposición.

Ian Garner ha acuñado un concepto para captar este vértigo: destrucción espectacular.