Política

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Desde la Casa Blanca hasta el Kremlin, se está gestando una conspiración para someter a Europa a cambios de régimen.

Frente a la guerra total de la información que se está librando en el continente, fuerzas inmensas aún no han dado su brazo a torcer. Todavía es posible salvar la democracia.

Xavier Bouvet, Emmanuel Rivière y Benoît Thieulin proponen un camino y un método para movilizar los imaginarios.

En vísperas del Consejo Europeo de este jueves 6 de marzo, el primer ministro húngaro se posiciona definitivamente a favor del presidente estadounidense, amenazando la unidad europea sobre Ucrania e intentando descarrilar su preparación.

En continuidad con su alineamiento con la posición del presidente Trump y del Kremlin, amenaza: «Cualquier intento de adoptar conclusiones escritas por el Consejo Europeo sobre Ucrania daría la imagen de una Unión Europea dividida».

Traducimos y comentamos esta toma de posición.

En una escena de una violencia verbal sin precedentes, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su vicepresidente, J. D. Vance, retomaron los elementos del lenguaje de Vladimir Putin para buscar humillar en directo por televisión a su aliado, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Publicamos la transcripción completa de este intercambio —un punto de inflexión histórico—.

Joven, comprometido, espontáneo —un vasto movimiento ciudadano está arrollando a las élites autoritarias de la Serbia de Vučić—.

Los estudiantes que lo impulsan han logrado una convergencia masiva que muchos creían imposible: han puesto en marcha la transformación de una sociedad deprimida y temerosa en una comunidad llena de esperanza y determinación.

La Unión debe aprovechar un impulso que, en el corazón de los Balcanes Occidentales, puede estar cambiando la historia.

Stephen Miran, la pieza clave del proyecto imperialista de Trump, es probablemente el asesor económico más importante y menos conocido del nuevo presidente estadounidense.

Su programa —provocar la disrupción del orden comercial internacional para resolver las contradicciones internas del capitalismo estadounidense— consta de cincuenta páginas y una idea fija: transformar los acuerdos del Plaza en acuerdos de Mar-a-Lago.

Desde hace un mes, lo está aplicando meticulosamente desde la Casa Blanca: hay que estudiarlo.

Proponemos la primera traducción íntegra y comentada en español.

La extrema concentración de la riqueza en el capitalismo estadounidense está desmantelando la democracia en Estados Unidos a un ritmo vertiginoso.

Se trata de una amenaza existencial para Europa.

Para el ministro español Pablo Bustinduy, no es demasiado tarde —siempre que vayamos a la raíz del problema—.

Los resultados del domingo acentuaron la fragmentación electoral alemana —en un país donde la opinión pública está cada vez más dividida—.

Si la «GroKo» es posible, la alianza entre el SPD y la CDU/CSU se fundamenta en bases electorales que nunca han sido tan frágiles: el futuro del país podría estar dictado por los extremos.

Según Jean-Yves Dormagen, Alemania, antaño modelo de estabilidad en Europa, está experimentando de forma brutal una nueva era: la de la polarización electoral.

Trumpismo de gobierno.

Tecno-cesarismo.

Mesianismo apocalíptico.

Más allá de las escenas folclóricas y los memes, entre las motosierras plateadas y las criptomonedas, la reunión de conservadores de este fin de semana fue sobre todo una oportunidad para mostrar la triple esencia del proyecto de Trump.

Marlène Laruelle estuvo allí. Establece la ecuación inestable de la aceleración reaccionaria.

«Nunca pensé que diría esto en televisión…»

En la tradicional confrontación televisiva tras los resultados (Elefantenrunde), el próximo canciller alemán causó asombro.

En una intervención de una dureza sin precedentes, Friedrich Merz decidió cargar contra Estados Unidos, la nueva administración y —nombrando en concreto— contra Elon Musk, al tiempo que apeló a la «independencia» de Europa frente a la «injerencia» estadounidense.

Lo traducimos.