Doctrinas de la Rusia de Putin

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«No habrá ningún privilegio, ningún trato de favor para aquellos que desearían regresar a Rusia».

A pesar de una economía sobrecalentada y bajo tratamiento, Putin quiere mostrarle al mundo que el viento está cambiando. 

Ante la flor y nata de la Unión de Industriales y Empresarios de Rusia, se presenta como un justiciero vengativo: las empresas que deseen volver al país aprovechando una posible «normalización» podrán hacerlo a largo plazo —pero no a cualquier precio—.

El spin doctor geopolítico de Putin quiere «pasar a la ofensiva ideológica».

Tomar toda Eurasia: desde Ucrania hasta Kamchatka —desde las dos Coreas hasta el Golfo Pérsico—.

Para guiar la expansión de una civilización «liberadora» en el exterior, Karaganov aboga por asumir una forma de Estado que distinga constantemente entre amigos y enemigos en el interior, siguiendo un modelo totalitario.

Lo traducimos y comentamos.

Tras el giro de Donald Trump, en Moscú se están elaborando los conceptos estratégicos de una nueva fase de convergencia entre el Kremlin y la Casa Blanca.

Ilya S. Fabrichnikov, uno de los jóvenes doctrinarios de Putin, lanzó una idea. 

Rusia ya no debe designar a su enemigo en el «Occidente colectivo», sino en la «Europa colectiva».

Lo traducimos por primera vez al español.

En Europa cuesta creer que Ucrania pueda continuar la guerra sin la ayuda de Washington.

En realidad, el Kremlin parece temer el apoyo europeo y confía en la sorpresa divina de la convergencia entre Putin y Trump.

Traducimos una entrevista clave para comprender una hipótesis central para Rusia en esta etapa de las negociaciones.

Tras el giro de 180 grados de Donald Trump en la Casa Blanca, Vladimir Putin quiere recoger los frutos de su apuesta imperial.

En el último Consejo de Ministros de la Federación Rusa, el amo del Kremlin puso en escena una poderosa narrativa movilizadora, cuyo alcance no debe subestimarse: vivir bien en casa, hacer la guerra en el exterior.

Lo traducimos.

Al frente del país más sancionado del mundo y mientras la nueva administración estadounidense parece plegarse a todas sus exigencias, el amo del Kremlin pone en escena su regreso a la escena internacional.

En su última gran entrevista, Vladimir Putin anuncia una nueva realidad: el reparto de Ucrania marcará el regreso de la época de los imperios —la «normalización» con Washington marcará la definitiva vasallización del continente—.

Para negociar sobre el futuro de Ucrania, Putin envió a uno de sus antiguos colegas del KGB: Serguéi Narishkin.

Hombre clave del primer círculo del Kremlin, preside la Sociedad Histórica Rusa.

Su obsesión recurrente: la desmembración total de Ucrania. Y un método: recurrir a las fuentes que le proporcionan las extremas derechas europeas.

Lo traducimos.