Hace poco más de un año, el 6 de noviembre de 2024, la coalición tricolor de Olaf Scholz estalló en directo por televisión durante una rueda de prensa del canciller socialdemócrata en la que el ministro de Finanzas, Christian Lindner (FDP), fue destituido. Ya en aquel momento, la disputa entre los socios de la coalición se refería a arbitrajes presupuestarios.

  • Scholz denunciaba en su breve discurso una peligrosa oposición entre la defensa y la seguridad, por un lado, y la cohesión y la solidaridad, por otro.
  • Su rival en la carrera por la cancillería que se inició poco después, Friedrich Merz, parecía haber tomado una decisión: menos gasto social, fin de la renta básica universal (Bürgergeld), pero también mayor apoyo a Ucrania e inversiones masivas en defensa.
  • Tras un año políticamente agitado y una nueva coalición formada con dificultad, las disputas presupuestarias entre solidaridad y seguridad parecen haber quedado de nuevo en segundo plano en favor de una unidad gubernamental manifiesta, posible gracias a la reforma constitucional del freno al endeudamiento del pasado mes de marzo.

Pero tras el presupuesto de 2025, presentado en junio y aprobado en septiembre por el Bundestag con entrada en vigor retroactiva al 1 de enero, las discusiones presupuestarias continuaron inmediatamente para su aprobación en el calendario estándar del presupuesto de 2026. En primera línea, el ministro de Finanzas y vicecanciller Lars Klingbeil, que también codirige el Partido Socialdemócrata, defendió ayer, martes 25 de noviembre, un presupuesto que rompe con la tradición alemana de austeridad presupuestaria que prevaleció durante el mandato de Angela Merkel.

El presupuesto de Alemania será de 524.000 millones de euros el próximo año, lo que supone un aumento de 21.500 millones de euros, es decir, alrededor del 4% con respecto al ejercicio actual 1.

  • Para financiarlo, el Gobierno prevé un nuevo endeudamiento récord desde la pandemia del coronavirus.
  • La emisión de deuda representará el año que viene el 17% de los ingresos federales, es decir, 90.000 millones de euros, más del doble de la cifra de 2024.
  • También hay que tener en cuenta el traslado de algunos gastos a los distintos fondos especiales creados por las reformas constitucionales de 2022 y 2025.
  • Más de un tercio del gasto, es decir, 197.000 millones de euros, se destinará a gastos sociales, principalmente debido al aumento de las prestaciones de jubilación.

De acuerdo con la proyección plurianual anunciada en junio, el presupuesto de defensa alcanzará este año los 108.000 millones de euros, su nivel más alto desde el final de la Guerra Fría. Gran parte de estos gastos se financian mediante préstamos: bien con cargo al fondo especial para la Bundeswehr creado en 2022 tras el discurso de Zeitenwende, bien gracias a la excepción al freno al endeudamiento decidida en primavera. Según el Gobierno, 11.500 millones de euros se destinarán directamente a Ucrania, una suma récord desde el inicio de la guerra de agresión de Rusia. 

De conformidad con la reforma constitucional de marzo de 2025, la inversión en infraestructuras está aumentando considerablemente.

  • Sin embargo, esta sólo aparece parcialmente en el presupuesto «básico» (Kernhaushalt), ya que parte de los créditos se transfieren al «fondo especial».
  • El Ministerio de Transportes, además del fondo especial, se beneficia en particular en el presupuesto ordinario de 14.000 millones de euros de inversiones adicionales, a los que se suman 21.000 millones del fondo especial.
  • Sin embargo, en comparación con el presupuesto de 2025, el servicio de la deuda es ahora una partida presupuestaria más importante que la del transporte.

El debate sobre el presupuesto ha estado acompañado de violentas oposiciones, incluso dentro de la coalición gubernamental. La «Junge Union», la organización juvenil de la CDU/CSU, ha fomentado una incipiente rebelión parlamentaria contra el Gobierno.

  • La organización se rebela, en particular, contra el riesgo de injusticia intergeneracional que supone el aumento del gasto en pensiones en el presupuesto del Estado 2.
  • Los jóvenes demócratas cristianos se oponen a una medida impuesta por el SPD en el acuerdo de coalición que, para mantener el nivel de la pensión básica en el 48% del salario bruto hasta 2040, supondría unos 120.000 millones de gastos adicionales.
  • Detrás del líder de la Junge Union, Johannes Winkel, 18 diputados del Bundestag amenazan así al Gobierno, que sólo cuenta con una mayoría de 13 escaños, con romper filas en la votación sobre la financiación de las pensiones.

En la tribuna del Bundestag el martes 25 de noviembre, Lars Klingbeil describió los dos debates presupuestarios de 2025 y 2026 como un simple «calentamiento», preludio de discusiones y arbitrajes mucho más difíciles para los ejercicios venideros.

  • La AfD, principal partido de la oposición, denunció el riesgo de una «gigantesca espiral de deuda», mientras que Bündnis 90/Die Grünen, que sin embargo había aprobado en marzo la reforma constitucional sobre la flexibilización del freno al endeudamiento, calificó el proyecto de ley del Gobierno como una confesión de impotencia.
  • Para Dietmar Bartsch, copresidente de Die Linke, tercer grupo de la oposición en el Bundestag, «los tanques no pueden sustituir a una estrategia económica», en alusión al rearme al que se opone su partido.
Notas al pie
  1. Bundeshaushalt 2026 – Bundesfinanzministerium, Ministerio Federal de Finanzas, 25 de noviembre de 2025.
  2. « Mehrheit im Bundestag : „Es kann nicht angeordnet werden“ – JU-Chef Winkel legt im Rentenstreit nach », Die Welt, 23 de noviembre de 2025.