La imposición por parte de Washington el 10 de enero de un amplio paquete de sanciones dirigidas al sector petrolero ruso ha complicado la cooperación energética entre Moscú y Belgrado. A petición de Serbia, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos había aplazado en varias ocasiones las sanciones contra la Industria Petrolera de Serbia (NIS), allanando el camino para una posible nacionalización de la empresa.

Sin embargo, hasta la fecha, Belgrado no ha tomado ninguna medida.

  • El 9 de octubre, Estados Unidos impuso finalmente sanciones a NIS, lo que suscitó preocupación por una posible crisis energética no sólo en Serbia, sino en toda la región 1.

A raíz de estas sanciones, Croacia interrumpió sus suministros de crudo a Serbia, lo que aumentó el riesgo de cierre de la única refinería serbia.

  • Belgrado podría verse pronto obligada a importar productos petrolíferos refinados, lo que haría subir aún más los precios del combustible, que ya se encuentran entre los más altos de Europa.
  • Aunque el grupo húngaro MOL se ha comprometido a aumentar los suministros de petróleo y combustible a Serbia, es probable que esta medida no sea una solución sostenible 2.

Consciente de que las sanciones estadounidenses contra NIS tienen repercusiones en la logística energética croata —el oleoducto JANAF, que conecta Croacia, Serbia y Hungría, genera alrededor del 30% de sus ingresos gracias a su cooperación con NIS—, la propuesta de Zagreb de comprar la empresa a Gazprom no es sorprendente 3.

Por su parte, el Kremlin afirma que «sigue buscando soluciones con Serbia» 4. El 5 de noviembre, Vučić destacó que Moscú estaba tratando de encontrar socios para resolver la cuestión de NIS 5. Sin embargo, al día siguiente, señaló que el Gobierno serbio, si lo deseaba, «podía revocar su decisión de no imponer sanciones a Rusia» 6.

Estas declaraciones sugieren una estrategia deliberada para presionar al Kremlin con el fin de acelerar las negociaciones sobre NIS.

  • A pesar de las sanciones estadounidenses, NIS tiene previsto construir una central solar de 25 MW y un sistema de almacenamiento con baterías en Smederevo 7.
  • Esta iniciativa podría indicar que Gazprom busca diversificar sus actividades en Serbia, alejándose gradualmente del petróleo y el gas para orientarse hacia las energías renovables.
  • Mientras tanto, la situación incierta de NIS permite a Moscú mantener cierta influencia política en el país.

Desde el punto de vista económico ruso, la propiedad de NIS por parte de Gazprom no tiene una importancia estratégica significativa: los beneficios netos de la empresa en 2024 ascendieron a 183 millones de dólares, frente a los 14.800 millones de dólares de Gazprom 8. Sin embargo, desde el punto de vista político, NIS sigue siendo una palanca para mantener la influencia en los Balcanes, especialmente en Serbia.

  • Belgrado teme que la adquisición de la empresa por parte del Estado provoque represalias por parte del Kremlin, en particular la interrupción del suministro de gas natural.
  • El presidente serbio Vučić intentó negociar un contrato de importación de gas de tres años con Moscú, pero Rusia sólo aceptó un acuerdo válido hasta finales de año.
  • Una parte importante de la base electoral de Vučić mantiene fuertes sentimientos prorrusos. La nacionalización de NIS conduciría sin duda a un deterioro de las relaciones con Moscú.

NIS contribuye con un 11,9% al presupuesto del Estado serbio y representa el 6,9% del PIB, lo que significa que las sanciones estadounidenses tendrán un impacto indirecto en la economía nacional. Estas podrían paralizar las operaciones de NIS, incluida la refinería de Pancevo, y afectar al suministro de combustible para aviones en el aeropuerto Nikola Tesla de Belgrado, el principal centro de operaciones del país. Las compañías aéreas, entre ellas Air Serbia, ya han sufrido un aumento de los costes.

  • Así, la pasividad de Vučić con respecto al estatus de NIS podría comprometer la seguridad energética de Serbia, lastrar el presupuesto nacional y acentuar la inestabilidad económica.