• El 24 de noviembre de 2021, la agencia espacial estadounidense envió al espacio una nave equipada con un telescopio, una cámara y algunas características básicas que le permitirían viajar y comunicarse con la Tierra. Su objetivo era colisionar, casi 10 meses después, con un asteroide llamado Dimorphos, situado a 7 millones de kilómetros de la Tierra.
  • Este objeto cercano a la Tierra (un asteroide o cometa) no supone una amenaza para nuestro planeta, ya que orbita alrededor de un asteroide mayor, Didymos, situado a 11 millones de kilómetros de nosotros. Sin embargo, por su tamaño y características, es un objeto que podría suponer una amenaza para la raza humana, si colisionara con la Tierra.
  • La misión Double Asteroid Redirection Test (o DART) pretende hacer frente a esta amenaza en el futuro. Se trata de la continuación del trabajo iniciado en Estados Unidos a finales de los años 1990 para detectar y seguir los objetos cercanos a la Tierra (asteroides o cometas) que podrían colisionar contra ella.
  • En el pasado, varios de estos asteroides han supuesto una amenaza potencial para nuestro planeta, según la NASA. Para evaluar los riesgos, la agencia estadounidense utiliza la llamada «Escala de Turín», introducida a finales de los años 1990, que mide el riesgo de colisión con la Tierra en una escala de 0 a 10.
  • En 2004, un asteroide -(99942) Apophis- alcanzó por primera vez el nivel 4 en la escala de Turín, y la NASA estimó que había un 1,6% de probabilidades de impacto con la Tierra. En ese momento, la agencia espacial predijo una probable colisión el 13 de abril de 2029. El nivel de peligro se ha rebajado desde entonces, tras los nuevos cálculos que descartan la probabilidad de que se produzca tal acontecimiento.
  • El tamaño de la nave enviada por la NASA equivale a un carrito de golf, mientras que el asteroide con el que va a chocar tiene más de 160 metros de diámetro, el tamaño de un estadio. Sin embargo, este impacto sería suficiente para desviarlo de su trayectoria, salvando a la Tierra y a la humanidad en un escenario real. Para evaluar las consecuencias de este impacto, se espera que una sonda (HERA) desarrollada por la Agencia Espacial Europea despegue en 2024 para proporcionar más detalles sobre los resultados de la misión.