El Partido Laborista Noruego (Arbeiderpartiet) ganó las elecciones legislativas celebradas ayer, lunes 8 de septiembre, con más del 28% de los votos, lo que supone un aumento de casi 2 puntos con respecto a 2021. La formación del actual primer ministro, Jonas Gahr Støre, tendrá que aliarse con otros partidos para formar una coalición en el Storting.

Sin embargo, ha sido el Partido del Progreso (Fremskrittspartiet, o FrP) el que más ha mejorado su resultado con respecto a las elecciones anteriores, quedando en segundo lugar con casi el 24% de los votos (+12 puntos).

  • El FrP es una formación de extrema derecha dirigida desde 2021 por Sylvi Listhaug. Esta última ocupó diversos cargos en el Gobierno de Solberg (2013-2021), en el que el Partido del Progreso fue socio hasta 2020.
  • El partido fue fundado en 1973 por Anders Lange, pero no entró en el Gobierno hasta 2013.
  • Con 48 escaños en el Storting, el FrP emerge tras las elecciones de ayer como el principal partido de la oposición a un Gobierno laborista, por segunda vez, después de 2009.

Listhaug es conocida principalmente en Noruega por sus dos años al frente del Ministerio de Inmigración e Integración, creado en 2015 en el contexto del aumento de la llegada de solicitantes de asilo a Europa y suprimido en 2018. Su retórica ha provocado varios escándalos en los últimos años: en 2014, cuando pidió que se sirviera más carne de cerdo en las cárceles, o en 2016, cuando pidió a sus seguidores que «les gustara y compartieran» un artículo que informaba de la expulsión forzosa de un niño afgano de siete años que vivía en Noruega.

El FrP se fundó como un partido antitributario de inspiración libertaria. Listhaug hizo campaña, en particular, a favor de una reducción del gasto público en los ámbitos de la transición energética, la inmigración y la «burocracia».

  • En materia de política exterior, Listhaug se opone a la adhesión a la Unión, pero apoya el papel que desempeña Noruega en la OTAN. En particular, ha abogado por un aumento del gasto en defensa financiado mediante el mantenimiento de la explotación de los ricos recursos petrolíferos del país.
  • Mantiene una postura cautelosa con respecto a Trump, tras haber criticado en mayo la «inestabilidad» de la administración republicana y el impacto de sus declaraciones sobre la seguridad de Noruega y del continente europeo.
  • Listhaug también calificó de «inaceptables» las declaraciones de Trump sobre la supuesta falta de legitimidad del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y apoya la política noruega de ayuda a Kiev.

El Partido del Progreso se ha beneficiado en gran medida del retroceso del Partido Conservador, la principal formación de centro-derecha noruega, que ha perdido 12 escaños en el Storting. Si bien el FrP es menos extremista que otras formaciones soberanistas europeas en determinados temas culturales, su dimensión populista y antiinmigración contribuye a la polarización de la vida política noruega, tradicionalmente centrista y consensuada.