El 9 de agosto, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, firmaron en la Casa Blanca una declaración conjunta que prevé la próxima ratificación de un tratado de paz ya acordado por ambas partes 1.
El texto del acuerdo debe publicarse el 11 de agosto y, según el ministro de Asuntos Exteriores armenio, se firmará tras una modificación de la Constitución armenia y la organización de un referéndum en ese país —ya que los términos del acuerdo plantean importantes cuestiones de soberanía—.
Este acuerdo permite a Donald Trump, que actúa aquí como mediador, soñar con ser el futuro «Premio Nobel de la Paz» —así lo han elogiado sus dos homólogos—, colocar nuevas fichas en una región que Rusia consideraba su coto privado y demostrar, a pocos días de su encuentro con Vladimir Putin, que tiene una capacidad real como negociador.
1 — Poner fin a un conflicto interminable
Este acuerdo marcaría el fin de un conflicto abierto desde la caída de la URSS y reavivado periódicamente por las decisiones políticas y los juegos de alianzas de los dos vecinos.
Una parte de Azerbaiyán, la república autónoma de Najicheván, está separada del resto del país por el territorio de Armenia. Por el contrario, el enclave de Nagorno Karabaj, reclamado por Armenia, se encuentra en territorio azerbaiyano. Este enclave fue objeto de dos guerras de Nagorno Karabaj, la de 1988-1994, que devolvió la región al control de Armenia, y la de finales de 2000, en la que Azerbaiyán, apoyado por Turquía, recuperó el control de los territorios tras seis semanas de intensos combates.
Esta conquista se confirmó en septiembre de 2023, tras una nueva ofensiva azerbaiyana, que provocó la disolución de la República —proarmenia y autoproclamada— de Nagorno Karabaj y la salida forzosa de casi toda la población local hacia Armenia, en un movimiento violento y precipitado que muchos actores internacionales calificaron de «limpieza étnica».
Los términos exactos del acuerdo aún no se han precisado, pero ambas partes coinciden ahora en la necesidad de mantener la paz y facilitar la circulación entre la parte principal del territorio azerbaiyano y la República Autónoma de Najicheván a través del «corredor de Zangezur».
Este corredor de transporte tiene por objeto conectar, por tren y carretera, Horadiz, en Azerbaiyán, con Ordubad, en Najicheván, bordeando la frontera entre Armenia e Irán, y continuar hasta Turquía.
2 — «La OTAN quiere colarse entre Irán y Rusia como una víbora»
Irán siempre se ha opuesto a este proyecto de corredor y ha hecho todo lo posible para impedir su realización 2.
Ali Akbar Velayati, asesor del líder supremo Ali Jamenei para Asuntos Exteriores, condenó esta iniciativa, en la que la República Islámica ve un riesgo de desestabilización geopolítica para toda la región, de pérdida de soberanía para Armenia e incluso de posible desintegración del país.
Sobre todo, Teherán se ha rebelado contra los términos en los que se ha concluido este acuerdo en Washington: el documento prevé, en efecto, que el corredor de Zangezur quede bajo la gestión de un consorcio estadounidense durante 99 años. Para la República Islámica, este proyecto sólo tiene como objetivo debilitar las relaciones entre Rusia e Irán y facilitar el posible paso de tropas de la OTAN, de la que también forma parte Turquía, aliada de Azerbaiyán.
Ali Akbar Velayati declaró al respecto: «Irán impedirá la creación de un corredor estadounidense en la región del Cáucaso. Dicho corredor se convertiría en una base para los mercenarios del presidente estadounidense Donald Trump» 3.
Los términos exactos del acuerdo aún están por precisar, pero ambas partes coinciden ahora en la necesidad de mantener la paz y favorecer la circulación entre la parte principal del territorio azerbaiyano y la República Autónoma de Najicheván a través del «corredor de Zangezur».
Guillaume Lancereau
3 — Estados Unidos se afianza en el Cáucaso Meridional
Se trata de una victoria personal para Donald Trump, que no ha dudado en hacerlo saber renombrando este corredor como Trump Road for International Peace and Prosperity (TRIPP).
Así concebido, el corredor de Zangezur permitiría a Estados Unidos implantarse por primera vez en esta parte del espacio postsoviético sobre la que Rusia siempre ha querido mantener un control absoluto.
A medio plazo, esta posición ofrecería a Estados Unidos nuevos medios para obstaculizar tanto los proyectos chinos en la región como los corredores Rusia-Irán-India, que figuran en el centro de la estrategia de futuro de Rusia.
Como ya explicamos en estas páginas, el programa de «siberización» defendido por Serguéi Karaganov proponía «construir nuevos corredores meridionales para conectar el sur de Siberia con la ruta marítima del norte, que desemboca en China y, a través de ella, en el sudeste asiático», mientras que «los Pre-Urales y Siberia occidental debían obtener acceso a la India, los países del sur de Asia y Oriente Medio».
4 — ¿El verdadero fin de la URSS?
El acuerdo negociado en Washington es una verdadera afrenta diplomática para la Rusia de Putin, a la que no se ha escuchado ni consultado.
Esto puede verse como un nuevo síntoma de una dinámica subyacente: la autonomización de los países del Cáucaso Meridional y el declive de la influencia rusa en la región.
Treinta y cinco años después de la caída de la URSS, Rusia ya no es el único socio de los países de la región: Turquía desempeña ahora ese papel para Azerbaiyán, mientras que Armenia y Georgia han reforzado sus vínculos con Europa, sobre todo desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Durante las guerras de Nagorno Karabaj, Rusia siempre ha tratado de mantener una posición de relativa exterioridad, predominantemente proarmenia, pero sin intervención directa, llamando al alto el fuego y negociando con las diferentes partes, entre ellas Azerbaiyán y Turquía.
Durante la última ofensiva de Azerbaiyán, los contingentes rusos estacionados en la región fueron llamados a Rusia, lo que supuso el desmoronamiento de la capacidad de iniciativa rusa.
El acuerdo negociado en Washington es una verdadera afrenta diplomática para la Rusia de Putin, que no ha sido escuchada ni consultada.
Guillaume Lancereau
En diciembre de 2024, las relaciones entre Rusia y Azerbaiyán dieron un giro crítico tras el accidente en Kazajistán de un avión de la compañía AZAL que debía realizar un vuelo entre Bakú y Grozni, derribado por error por los sistemas de defensa antiaérea rusos. Este episodio, que se cobró la vida de 38 pasajeros, desencadenó una grave crisis diplomática entre ambos países, Azerbaiyán exigió que se castigara a los responsables, hasta que su presidente, Ilham Aliyev, obtuvo una disculpa personal de Vladimir Putin y la construcción en Moscú de un monumento a su padre, Heydar Aliyev, que fue inaugurado el pasado 4 de marzo por el alcalde de la ciudad, Serguéi Sobianin.
Unos meses más tarde, a finales de junio de 2025, redadas de la Guardia Nacional rusa y del FSB en apartamentos de Ekaterimburgo habitados por azeríes, ciudadanos de la Federación de Rusia o de Azerbaiyán, que se saldaron con decenas de detenciones, hospitalizaciones e incluso varias muertes, bajo acusaciones de asesinato que se remontaban a más de quince años atrás. Las autoridades azerbaiyanas acusaron a las fuerzas del orden rusas de haber asesinado a sus ciudadanos, antes de lanzar, en represalia, registros en las instalaciones de la emisora de radio Sputnik en Bakú y detener a dos empleados rusos acusados de trabajar para el FSB. Los ciudadanos rusos residentes en Azerbaiyán, especialmente desde la invasión de Ucrania, son objeto de controles policiales cada vez más estrictos y siete de ellos han sido incluso detenidos bajo acusaciones de tráfico de drogas o ciberdelincuencia —su paso por las comisarías locales ha dejado huellas visibles de violencia física—.
No obstante, no hay que exagerar el estado de las relaciones entre Rusia y los países del Cáucaso meridional: aún no se trata de una ruptura definitiva ni de un conflicto abierto.
Rusia sigue siendo uno de los principales focos de la diáspora azerí, armenia y georgiana —alrededor de dos millones de personas según el último censo ruso, sin duda cuatro o cinco millones si se incluyen los trabajadores temporales y los inmigrantes no declarados—. Un tercio de la población georgiana y azerbaiyana sigue hablando ruso, y aún más en Armenia. Además, Rusia está comprometida en varios proyectos de desarrollo de carreteras y vías férreas hacia Azerbaiyán, tiene una base militar en Gyumri, Armenia, y no puede sino alegrarse de que el Gobierno del «Sueño Georgiano» adopte una retórica antioccidental, imponga a su población leyes represivas inspiradas en la legislación rusa y se acerque a Viktor Orbán, que hace lo mismo en Hungría.
Sin embargo, el futuro de estas relaciones sigue marcado por una profunda incertidumbre.
Esto es aún más cierto en un momento en que, según el periódico rumano G4 Media 4, las autoridades rumanas sospechan que Rusia ha contaminado deliberadamente importantes volúmenes de petróleo azerbaiyano destinado a Europa. Al parecer, se ha rechazado un cargamento de 184.000 toneladas de crudo en el puerto de Constanza. La contaminación podría haberse llevado a cabo mediante la inyección de tanques de cloro a lo largo del oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan. Si se confirmara este ataque, y si se produjeran otras operaciones de este tipo, el conflicto entre Rusia y Azerbaiyán podría dar un giro radical, ya que afectaría directamente a la seguridad energética europea.
5 — «El peor escenario posible»
En este contexto, es lógico que la actitud de Rusia ante el anuncio del acuerdo entre Armenia y Azerbaiyán haya sido, en esencia, la de no reaccionar.
Para el Kremlin, el hecho de que estos dos países decidieran negociar sin Rusia no es una sorpresa absoluta.
Ilham Aliyev y Nikol Pashinyan ya se habían reunido en Abu Dabi el pasado mes de julio por iniciativa propia, sin la mediación de un tercer país. De este modo, habían señalado que ya no era el momento de las negociaciones bilaterales bajo los auspicios de Rusia, como había sido el caso en 2020 o 2021, con motivo de las conversaciones sobre cuestiones de transporte y comunicaciones.
Sobre todo, la Rusia de Putin no tiene ningún interés en extenderse sobre este fracaso.
Los telediarios de las principales cadenas del país dedicaron 30 segundos, al final de sus programas, a esta cuestión fundamental, que afecta directamente a la geopolítica de Rusia y de sus vecinos. Haciéndose eco del periódico pro-Kremlin Komsomolskaya Pravda, que titulaba «Pashinián cede el corredor de Zangezur a cambio de garantías de soberanía» 5, varios blogueros pro-guerra se indignaron por la expulsión de Moscú. Uno de ellos llegó a calificar la «Ruta Trump» como «el peor escenario posible», anunciando: «Armenia está ahora aislada de Irán y los estadounidenses inundarán Azerbaiyán con sus armas» 6.
En estos momentos, las autoridades rumanas sospechan que Rusia ha contaminado deliberadamente importantes volúmenes de petróleo azerbaiyano con destino a Europa.
Guillaume Lancereau
6 — En Moscú: entre silencio incómodo y amenazas
Por parte de los responsables rusos, la única respuesta ha venido de la portavoz oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova 7.
Su declaración comienza con un reconocimiento muy formal de los avances reales de este acuerdo en materia de estabilidad y prosperidad para la región del Cáucaso Meridional, en los que la Federación de Rusia tiene un interés directo.
En una segunda parte del texto, se destaca el papel constructivo de Rusia en la normalización de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán, evocando a este respecto la declaración tripartita de 2020 sobre el cese de las hostilidades en Nagorno Karabaj, el despliegue de cascos azules rusos en la región y la definición de una «hoja de ruta» económica y diplomática entre 2020 y 2022.
Por último, la comunicación oficial rusa se ha esforzado por recordar que, hasta entonces, ambos países parecían tener la intención de llevar a cabo negociaciones bilaterales sin intervención exterior —lo que es una forma velada de criticar el recurso a la mediación estadounidense—.
Maria Zakharova subraya sobre todo que, desde el punto de vista de la Federación de Rusia, la implicación de terceros países en los conflictos del Cáucaso Meridional —a pesar de su ausencia en Washington, se alude explícitamente a la Unión Europea— podría representar una nueva fuente de desestabilización de los equilibrios de la región: «La mejor forma de resolver los problemas del Cáucaso Meridional es buscar y aplicar soluciones elegidas por los propios países de la región, con el apoyo de sus vecinos directos: Rusia, Irán y Turquía. La implicación de actores externos a la región debe contribuir al fortalecimiento de los objetivos de paz sin crear dificultades adicionales ni nuevas líneas divisorias. Nos gustaría evitar que se repita la triste experiencia de la intervención occidental en la resolución de los conflictos en Oriente Próximo. En lo que respecta al Cáucaso Meridional, uno de los ejemplos es la presencia en Armenia de una misión de observación de la Unión Europea, cuyas actividades irritan constantemente a los demás actores de la región».
7 — Del Cáucaso a Alaska
A corto plazo, hay que comprender este acuerdo en la secuencia más amplia de los intercambios diplomáticos, a veces turbulentos, entre Estados Unidos y Rusia, en la que Steve Witkoff, el enviado de Donald Trump, se ha reunido este miércoles con Vladimir Putin.
Es evidente que Donald Trump ve esta victoria en el Cáucaso como un preludio de su próximo triunfo en las negociaciones sobre Ucrania.
Sin embargo, nada es menos seguro.Aunque por el momento es imposible predecir el contenido concreto de las discusiones que tendrán lugar en Alaska, hay que reconocer que el presidente estadounidense no dispone de nuevas palancas o medios de presión sobre Vladimir Putin, que, por el contrario, acaba de conseguir una «cumbre ideal», en las condiciones que siempre había buscado.
Notas al pie
- Joint Declaration signed on meeting between President of Azerbaijan and Prime Minister of Armenia held in Washington.
- Иран пообещал препятствовать проекту по созданию коридора для Азербайджана через Армению
- Иран пообещал не допустить передачи Зангезурского коридора под управление США
- Alexandru Mihaescu, « SURSE Rusia, suspectată că a contaminat intenționat o cantitate mare de petrol azer destinată României și altor țări europene. Țițeiul amestecat cu clorină putea să avarieze grav rafinăria Petrobrazi și să provoace o criză de combustibil în România », G4 Media, 7 de agosto de 2025.
- Договор Азербайджана и Армении в США : Зангезурский коридор, суть сделки Трампа, Алиева и Пашиняна – KP.RU
- Véase en Telegram.
- Комментарий официального представителя МИД России М.В.Захаровой в связи с переговорами лидеров Азербайджана и Армении в Вашингтоне (США) – Министерство иностранных дел Российской Федерации