Estados Unidos domina la carrera por la inteligencia artificial según la mayoría de los indicadores. El país cuenta con el mayor número de modelos de IA a gran escala, los procesadores gráficos (GPU) más potentes, la mayor capacidad de cálculo… También es en Estados Unidos donde se fundan el mayor número de start-ups dedicadas a la IA y donde se realizan las inversiones más masivas en tecnología.

Sin embargo, el desarrollo de la capacidad de producción de electricidad de China podría conferir a Pekín una ventaja considerable sobre Estados Unidos.

  • Los centros de datos requieren cantidades de energía extremadamente importantes para entrenar y ejecutar los modelos de IA.
  • El inversionista alemán Leopold Aschenbrenner afirmaba en su libro Situational Awareness, publicado en 2024, que la energía se convertirá en un cuello de botella y un campo de batalla crucial en la competencia mundial por la IA.
  • En noviembre, el director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, declaró en una entrevista que la empresa tenía GPU de Nvidia en reserva porque carecía de la infraestructura energética necesaria para utilizarlas. 1

A diferencia de Estados Unidos, China lleva varios años invirtiendo masivamente en su capacidad de producción y su red de transporte de electricidad. Desde las graves escaseces que afectaron al país en 2021-2022, especialmente durante el verano, Pekín ha acelerado la construcción de instalaciones renovables, centrales de carbón y nucleares. Goldman Sachs estima que, para 2030, el país dispondrá de una capacidad eléctrica «de reserva» de aproximadamente 400 GW, es decir, el triple de las necesidades previstas para todos los centros de datos del mundo. 2

  • Pekín lanzó en 2022 una iniciativa denominada «Datos del Este e Informática del Oeste» (东数西算), cuyo objetivo es desarrollar su red de suministro de infraestructuras de IA.
  • Esta iniciativa pretende conectar el este del país, donde se encuentran la mayoría de los centros de investigación y universidades líderes en IA, con el centro y el oeste, ricos en recursos energéticos, especialmente renovables.
  • Al conectar el oeste con el este a través de «corredores informáticos», Pekín quiere desarrollar una infraestructura que permita responder mejor a la demanda generada en las regiones costeras, conectando los campus a los centros de cálculo a través de redes de fibra óptica que se extienden a lo largo de miles de kilómetros por todo el país.

En Estados Unidos, el rápido crecimiento del ritmo de construcción de nuevos centros de datos no ha ido acompañado del despliegue de nuevas capacidades de producción de electricidad para garantizar su suministro. En la actualidad, ocho de las trece redes regionales estadounidenses han alcanzado o superado sus niveles críticos de capacidad de reserva, lo que las hace vulnerables a subidas repentinas de precios o a la escasez.

  • Mientras que el país necesita más energía para satisfacer la demanda —y anticiparse a las futuras necesidades generadas por la IA—, la administración de Trump ha cancelado cerca de 1.900 proyectos de construcción de nuevas capacidades de producción desde enero.
  • Según la plataforma Cleanview, estos proyectos representan el equivalente a 266 GW de producción total de electricidad, lo que supone aproximadamente una cuarta parte de la capacidad actual de Estados Unidos. 3