Entre 1898 y 1994, Estados Unidos intervino en 41 ocasiones en América Latina para provocar cambios de gobierno, según un recuento realizado por el historiador John Coatsworth. De estas intervenciones, 17 fueron directas (financiación de grupos armados, despliegue de fuerzas estadounidenses…) y 24 indirectas, es decir, cuando el gobierno en el poder probablemente habría sobrevivido de no ser por la «hostilidad» estadounidense. 1
- Durante la década de 1960, Washington contribuyó al derrocamiento de nueve regímenes que cayeron en manos de líderes militares, es decir, uno cada 13 meses de media.
- El país más afectado fue Nicaragua, con seis intervenciones entre 1910 y 1990, seguido de Cuba, la República Dominicana y Panamá, con cinco cada uno.
- De los 20 países que componen América Latina, excluyendo los países de habla neerlandesa, francesa e inglesa, 11 han sufrido el intervencionismo estadounidense, es decir, el 55 % de la región.
Entre estas intervenciones se encuentran el asesinato en 1961 del presidente de la República Dominicana, Rafael Trujillo, la decisión tomada en enero de 1963 por John F. Kennedy de incitar al ejército de Guatemala a derrocar a Miguel Ydígoras Fuentes, o el apoyo prestado por Washington a la oposición anti-Pinochet en Chile en 1989-1990.
Los derrocamientos que no tuvieron éxito, como el intento de envenenamiento del líder cubano Fidel Castro con una malteada en 1963, no se tienen en cuenta aquí. 2
- Los trabajos de Coatsworth muestran que una parte importante de estas intervenciones estaba motivada, al menos en parte, por la voluntad de servir a las empresas estadounidenses, especialmente en los sectores agrícola y minero.
- Así, el derrocamiento en 1954 del gobierno electo de Guatemala tenía por objeto proteger a la United Fruit Company, una multinacional cuyos intereses se veían amenazados por una reforma agraria y otras políticas del gobierno en funciones.
- Con la excepción del presidente Dwight Eisenhower, todos los responsables estadounidenses que participaron en este derrocamiento tenían vínculos familiares, comerciales o profesionales con la United Fruit Company.
Si bien algunos denuncian el papel de estos intereses privados estadounidenses —en particular los petroleros— en la amenaza, que se ha intensificado en las últimas semanas, de destitución del régimen de Maduro, la administración de Trump centra sus críticas en el supuesto papel del presidente venezolano en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
- Una posible intervención militar estadounidense en Venezuela, que se ha hecho creíble con el despliegue de 15 buques de guerra, entre ellos un portaaviones, se inscribe en una visión mesiánica de Estados Unidos afirmada desde el regreso al poder de Trump.
- En su discurso de investidura, pronunciado el 20 de enero, afirmó: «Estados Unidos volverá a considerarse una nación en pleno crecimiento, una nación que aumenta su riqueza, amplía su territorio, construye sus ciudades, eleva sus expectativas y lleva su bandera hacia nuevos y magníficos horizontes».
- Y añadía: «Y continuaremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas estadounidenses para plantar las barras y las estrellas [en referencia a la bandera estadounidense, Stars and Stripes, ndlr] en el planeta Marte».
Notas al pie
- John Coatsworth, «United States Interventions: What For?», Revista, 2005, Volumen IV, n°2.
- «Closest CIA bid to kill Castro was poisoned drink», Reuters, 9 de agosto de 2007.