1 — Aspectos generales y puntos clave
A pesar de la triplicación de los aranceles sobre los productos europeos en el marco del acuerdo alcanzado el 27 de julio por la Comisión con Donald Trump, y de las reacciones políticas negativas que le siguieron, su principal negociador, el comisario de Comercio, Maroš Šefčovič, presentó hoy, jueves 21 de agosto, el compromiso como la mejor opción posible.
- «Es el mejor acuerdo. La alternativa habría sido una guerra comercial con aranceles exorbitantes y una escalada política. No es una hipótesis: estaban en peligro casi cinco millones de puestos de trabajo europeos. Este acuerdo lo evita y refuerza nuestro vínculo transatlántico».
Tras varias semanas de negociaciones, ambas partes han alcanzado una declaración técnica conjunta que precisa el contenido del acuerdo político de Turnberry, anunciado el 27 de julio.
- La Unión se compromete así a eliminar los aranceles sobre los productos industriales estadounidenses y a facilitar el acceso al mercado único para las exportaciones estadounidenses a un tipo cercano a cero.
- A cambio, Estados Unidos fija un límite máximo del 15% para la mayoría de los productos europeos.
- Ambas partes acuerdan asimismo que no habrá «acumulación» de varios tipos sobre un mismo producto, lo que se aplicaría también al sector del automóvil y a las piezas de recambio, actualmente sujetos a aranceles del 27,5%.
Sin embargo, persisten las divergencias en cuanto a la fecha de aplicación.
- Así, la Unión considera que un tipo máximo del 15% se aplicará con carácter retroactivo a partir del 1 de agosto a los automóviles y las piezas de automóviles.
- Estados Unidos insiste en que sólo aplicará una reducción de los aranceles actuales cuando la Unión haya iniciado el proceso legislativo para la aplicación del acuerdo.
- Según una fuente consultada por el Grand Continent, la estrategia estadounidense tiene por objeto incitar a la Unión a aplicar rápidamente el acuerdo, en lugar de retrasar el proceso con la esperanza de obtener un mejor resultado, como habían sugerido algunos miembros del Parlamento Europeo.
- Según esta misma fuente, los estadounidenses están enviando una señal clara: «Es preferible que Europa no se resista a lo inevitable y garantice los medios para una aplicación acorde con las expectativas».
2 — Las exenciones
Tras la cumbre de Turnberry, la falta de detalles precisos llevó a los Estados Unidos y a la Unión Europea a adoptar interpretaciones diferentes de los sectores afectados por las exenciones. La declaración conjunta publicada hoy precisa que los Estados Unidos aplicarán el arancel NMF (nación más favorecida, es decir, el tipo vigente antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca) a los siguientes productos:
- determinados recursos naturales no disponibles, en particular el corcho;
- todas las aeronaves y piezas de aeronaves (en relación con Airbus);
- los medicamentos genéricos y sus componentes (de conformidad con la posición inicial de la Unión y los intereses del Gobierno irlandés);
- los precursores químicos.
Las exenciones para el vino y las bebidas espirituosas, por las que Francia había insistido mucho junto con Italia, no se han conseguido. El comisario Šefčovič reconoció que se trataba de un sector en el que la Unión no había obtenido un mejor resultado, aunque las primeras informaciones apuntaban a lo contrario. Añadió que se seguiría trabajando para incluir más productos en la lista de exenciones. El informe estadounidense, por su parte, no menciona esta cuestión y se centra más bien en las oportunidades de exportación a Europa.
3 — Autonomía regulatoria
Un tema extremadamente técnico, pero también muy político para los europeos, es el de las normas digitales.
- Inicialmente, Estados Unidos había dado a entender que se opondría a cualquier normativa que considerara discriminatoria para las empresas tecnológicas estadounidenses, denunciando en particular la DMA y la DSA como una forma de censura.
- En la declaración conjunta no se hace ninguna mención a estas dos normativas, lo que indica que los europeos no han concedido, por el momento, ninguna modificación de su autonomía normativa.
- El texto tampoco menciona ningún cambio de política en materia de contenidos ilegales o de capacidad para imponer multas.
- Una fuente cercana al dossier ha indicado al Grand Continent que la Unión no ha hecho ninguna concesión sobre su autonomía regulatoria en materia digital y tecnológica.
No obstante, el acuerdo prevé que la Unión examine las «preocupaciones» de Estados Unidos en relación con:
- el mecanismo de ajuste por carbono en las fronteras;
- la directiva sobre el deber de vigilancia en materia de sostenibilidad de las empresas (CSDDD);
- la Directiva sobre la información de las empresas en materia de sostenibilidad (CSRD).
Estas medidas tendrían por objeto armonizar los procedimientos de información (relativos a la publicación y comunicación de información normalizada) a ambos lados del Atlántico, lo que la Comisión considera beneficioso para los exportadores. También reflejan el proceso de simplificación normativa iniciado por la Comisión Von der Leyen en su segundo mandato. El sector industrial europeo ha pedido que se simplifiquen estas normas de información, que considera costosas y restrictivas en comparación con otras jurisdicciones.
Por lo tanto, no se trata tanto de una concesión directa a los Estados Unidos como de una iniciativa impulsada por el propio deseo de simplificación de las instituciones europeas, que se ha convertido, en nombre de la competitividad, en una prioridad de este mandato.
4 — Inversiones y compras
La declaración reafirma el compromiso de la Unión de realizar importantes compras de productos energéticos y armamento estadounidenses, así como de aumentar sus inversiones en Estados Unidos, dos medidas sobre las que la Comisión tiene muy poco o ningún margen de maniobra.
- Tras el anuncio del acuerdo político de Turnberry, Trump afirmó que la inversión europea total en Estados Unidos alcanzaría el billón de euros durante su mandato, que finaliza en 2029.
- En el marco de este acuerdo, la Unión confirma su intención de comprar gas natural licuado, petróleo y productos nucleares estadounidenses por un valor estimado de 750.000 millones de dólares de aquí a 2028.
- También prevé adquirir el equivalente a un mínimo de 40.000 millones de dólares en chips de inteligencia artificial estadounidenses para sus centros de cálculo.
- Además, las empresas europeas deberían invertir 600.000 millones de dólares adicionales en sectores «estratégicos» de Estados Unidos de aquí a 2028.
- La Unión también prevé aumentar significativamente sus compras de equipos militares y de defensa estadounidenses.
La Comisión no explica cómo estos compromisos serán compatibles con sus propios objetivos industriales, como el Libro Blanco sobre la defensa o el plan «ReArm Europe – Readiness 2030» presentado en marzo, que tienen por objeto desarrollar una base industrial de defensa europea.
- La Comisión desea presentar el paquete legislativo lo antes posible.
- Sin embargo, el procedimiento será largo y tanto el Parlamento Europeo como el Consejo deberán pronunciarse sobre el texto definitivo.